Días pasados, Alejandro Díaz Martínez, funcionario del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), manifestó su compromiso de que el organismo entregará una vivienda para Ignacio, de dos años, paciente electrodependiente que padece encefalopatía. 
Desde el año pasado, Elizabeth, abuela del nene, efectúa las gestiones para acceder a una vivienda en la que el niño pueda recibir el tratamiento que necesita para poder tener una mejor calidad de vida. 
En los primeros días del mes próximo la familia debe abandonar la casa que alquila en la calle Sarmiento Norte, ya que la propietaria le aseguró a sus locatarios que no tiene la voluntad de renovar una vez más el contrato. Ignacio necesita de una habitación exclusiva para él, pues debe contar con una serie de cuidados especiales por la complejidad de sus patologías. 
En relación al compromiso del funcionario, Elizabeth comentó que ”estuvimos en la entrega de las viviendas y hablamos con el director Díaz Martínez y otras personas y nos dijo que ya nos tenían en cuenta y que el 6 de octubre las entregan”. 
Sobre la palabra del funcionario, dijo que “estamos contentas, pero igual la tranquilidad la vamos a tener ese día cuando  nos den las llaves”.  
La vivienda que le adjudicarían estaría ubicada en el complejo habitacional Valle Chico. 
Ignacio nació con patologías crónicas que lo obligan a depender de varios equipos para poder seguir viviendo. 
En la entrevista que le realizó El Esquiú.com a su abuela, explicó que “padece encefalopatía crónica, que es irreversible, tiene Síndrome de West que es epilepsia refractaria y su parte respiratoria es compleja”. 
La urgencia del pedido obedece a los estrictos controles que debe recibir el nene, ya que está conectado las 24 horas al respirador. Un mínimo movimiento que deba realizar se debe efectuar con extremos cuidados ya que su complicado estado de salud así lo requiere, explicó en su momento la abuela. 
La abuela de Ignacio, que fuera abandonado por su madre a los meses de nacer, manifiesta una gran alegría por la esperanza de acceder a una vivienda propia, ya que desde hace más de 12 años que alquila. Al respecto, explicó que “las veces que tuve que mudarme,  no tuve problema, uno se acomoda en cualquier lado. Ahora por la necesidad de estar todo el tiempo con él, y el espacio que ocupan los aparatos tenemos que dormir en un colchón en el piso. Como ahora es bebé lo puedo bañar en la habitación, pero cuando sea más grande no voy a poder hacerlo. Trasladarlo es muy complicado, ya que si lo desconecto por el movimiento se muere”.
La familia espera que se concrete la entrega de la vivienda ya que que representará una significativa mejora en la calidad de vida para Ignacio.