Los tatuajes ya no son “para toda la vida”, pero retirarlos puede ser complejo y muy costoso

Los arrepentidos tienen varias maneras de eliminar tatuajes, pero tendrán que disponer de dinero.
martes, 13 de febrero de 2018 00:00
martes, 13 de febrero de 2018 00:00

Hacerse un tatuaje siempre fue percibido como una decisión de por vida. 
Quienes no quedaban conformes o por algún motivo ya no querían mostrar un dibujo, nombre o frase sobre la piel, optaban por usar prendas que los escondían o incluso taparlos con una nueva imagen. 
Sin embargo, ahora existen técnicas muy efectivas para su remoción y el 80% de quienes se arrepienten ya recurren a un método activo para borrar el tatuaje en vez de ocultarlo. 
Desde el punto de vista médico, hay dos soluciones con alta eficacia: los tratamientos láser y los quirúrgicos. 
Aquí se explican cuáles son las opciones disponibles, con sus contras y ventajas.

 

Láser


La técnica con láser se practica en consultorio durante aproximadamente 20 minutos por visita y, en general, para remover la totalidad del tatuaje se necesitan entre 8 y 12 sesiones, dependiendo del tamaño y pigmentación del dibujo. Se realiza mensualmente y el tatuaje se va borrando de manera paulatina, aunque hay que tener en cuenta que el color negro es el más fácil de quitar y cuantos más colores tiene la imagen, más difícil es eliminarla. Luego de cada sesión, la zona debe cubrirse con cremas cicatrizantes y papel film. 

 

Cirugía


Con la técnica quirúrgica, los tatuajes se pueden remover de forma similar a la exéresis de un lunar. En este caso, se utiliza anestesia local y el procedimiento es ambulatorio e indoloro. En general, queda una cicatriz que intenta disimularse en pliegues, arrugas o zonas poco visibles del cuerpo. La ventaja de este método es que la remoción es completa e inmediata y resulta más económico. En este caso, los cuidados post operatorios incluyen aplicar alcohol 2 veces por día y tomar antibióticos y analgésicos, mientras que los puntos comúnmente se reabsorben solos.

 

Injerto


Si el tatuaje es grande, puede precisarse un injerto, que consiste en extraer un pedacito de piel de otro sector del cuerpo y  colocarlo en la zona del dibujo como un “parche”. Otra alternativa es tomar la piel de un colgajo y llevarla hacia el sector del diseño. Sin embargo, si se trata de un tatuaje de un tamaño muy importante y con muchos colores, médicamente no es recomendable la remoción y se intenta, en cambio, que el paciente se “amigue” con su tatuaje, ya que para quitarlo se requeriría un tratamiento muy costoso y prolongado con resultados desalentadores.

Los tatuadores recomiendan generalmente pensar bien el modelo a elegir, y evitar poner nombres o rostros de parejas o amores; ya que aquello que parece eterno muchas veces no lo es, y el homenaje al enamorado/a puede convertirse en una pesadilla cuando esa persona se va para iniciar otra relación. n

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