Esquiú en el convento de San Lorenzo

domingo, 22 de abril de 2018 00:00
domingo, 22 de abril de 2018 00:00

En una nueva entrega sobre la vida del venerable fray Mamerto Esquiú, Mario Daniel Vera aborda detalles del paso del fraile catamarqueño por el emblemático convento de San Lorenzo, en Santa Fe.

El convento de San Lorenzo tiene una presencia destacada en la historia argentina, ya que fue en sus claustros donde se formaron miles de frailes que serán luego misioneros y evangelizadores en toda nuestra geografía patria.

También en él se produjo la famosa batalla aquel 3 de febrero de 1812 entre las jóvenes tropas patriotas, lideradas por el entonces coronel de caballería José de San Martín, contra las veteranas y aguerridas tropas realistas que desde Montevideo pretendían desembarcar en territorio santafecino; batalla corta, pero muy violenta, inmortalizada en una de las marchas musicales más hermosas y premiadas del mundo. 

Hablar del convento de San Lorenzo es recordar las palabras del sargento Juan Bautista Cabral, quien luego de la batalla moría contento por haber vencido al enemigo, es tener presente que en su huerto están sepultados los soldados que entregaron su vida por la naciente patria. También, en el convento de San Lorenzo estuvo residiendo, en dos ocasiones, el venerable fray Mamerto Esquiú en su paso por la provincia de Santa Fe, en sendos momentos trascendentales de su fructífera vida.

La primera visita

Dando inicio a su tan ansiado viaje a Tierra Santa, el padre Esquiú después de visitar a la Virgen del Valle en su Iglesia Matriz, salió de Catamarca el viernes 4 de febrero de 1876, en la mensajería de Córdoba y durmió en la posta de La Cañada.

El domingo 6 llegó a la estación ferroviaria de Recreo y al día siguiente, a las seis de la tarde, se presentó en el convento de San Francisco de Córdoba, donde permaneció una semana.

El martes 15 de febrero arribó a la ciudad de Rosario y dos días después llegó al Colegio de San Lorenzo. 

En el histórico convento realizó ejercicios espirituales siguiendo el método del padre Belleccio, leyó a San Buenaventura, a Mach y los comentarios de Maldonado.

Desde su estadía en la ciudad de Córdoba el ilustre fraile catamarqueño tenía bajo su tutela al niño Luis Panicia que, ante la muerte de su padre, don Federico, que vino al país en busca de trabajo y encontró la muerte, el niño quedó huérfano y desamparado y se ofreció a llevarlo hasta la ciudad de Génova, donde vivía su madre.

Esquiú permaneció en el convento de San Lorenzo hasta el viernes 10 de mayo, fecha en que salió para el puerto de Rosario de donde se embarcó al día siguiente en el vapor Adela, con rumbo a Montevideo y desde allí hacia Tierra Santa. 

 

La segunda estadía

Luego de pasar varios días en La Puerta de Ambato en casa de sus hermanas Justa y Josefa, Fray Mamerto Esquiú llegó a La Callecita de San José de Piedra Blanca, donde compartió con sus hermanas Rosa y Trinidad, para trasladarse luego al convento franciscano de la ciudad capital catamarqueña. Celebró misa en la Iglesia Matriz y el miércoles 20 de octubre de 1880, por la tarde, partió rumbo a Buenos Aires, acompañado de su sobrino Santiago Delgado. 

Por la lectura de su Diario de Recuerdos y Memorias, sabemos que durmió en Amadores, departamento Paclín, en la casa de su amigo Ercilio Herrera, antiguo discípulo de primeras letras; la noche siguiente durmió en Los Troncos, en la casa de don N. Salas; a la mañana del viernes 22 llega a San Pedro de Guasayán y descansa en el hotel de Moreira.

Al mediodía siguiente llega el tren a la estación de San Pedro, el cual aborda y viaja con rumbo al Sur; esa noche durmió en Recreo. Desde la estación de Recreo de las Carretas continua viaje y en Jesús María suben numerosos frailes con los cuales charlan animadamente. Una vez llegado a la ciudad de Córdoba aborda el tren de la noche con rumbo a Rosario. El lunes 25 de octubre de 1880 escribe en su Diario de Recuerdos: “Por la tarde paso al Colegio de San Lorenzo en coche particular, pagado por el padre Diego”. 

El miércoles 3 de noviembre inicia un retiro espiritual en el histórico convento; convence a su sobrino Santiago Delgado de realizarlo, especialmente el Ejercicio de los Santísimos Dolores y Gozos de San José y el ejercicio de los Siete Dolores de María Santísima. Dejó constancia detallada de todas las meditaciones, las lecturas de las Horas, las oraciones, los Vía Crucis y celebraciones realizadas durante su estadía en el Convento de San Lorenzo, como también de las visitas que recibió y de las notas de felicitaciones que llegaron a sus manos.

El lunes 8 de noviembre de 1880 escribe en su Diario: “Después de la comida recibo oficio del Ministro de Culto con la copia del Decreto del Gobierno y la fórmula del juramento. Telegrama del Señor Castellano avisando que el miércoles llegará al Rosario el Señor Delegado Apostólico”.

Esa carta sería trascendental ya que en ella se le informa los motivos por los cuales es llamado a Buenos Aires. Es por ello que intensifica su preparación espiritual para la nueva etapa de su vida que está a punto de emprender.

El viernes 26 deja el convento de San Lorenzo y se traslada a la ciudad de Rosario y desde allí se embarca al día siguiente en el Proveedor, pequeño vapor con el cual llegará al puerto de Buenos Aires, ciudad donde pronunciará otro de sus memorables sermones y recibirá su consagración episcopal como obispo de la Diócesis de Córdoba. 

 

En el histórico convento

El convento de San Lorenzo, también llamado convento de San Carlos Borromeo, pertenece a la Orden de Frailes Menores y está ubicado en la localidad de San Lorenzo, a 33 kilómetros al Norte de la ciudad de Rosario.

En 1792 se inició su construcción y en 1807 se comenzó a erigir su iglesia, obra dirigida por el arquitecto Juan Bautista Segismundo.

Por haber sido testigo de importantes sucesos históricos y por haber formado a miles de frailes, el 2 de octubre de 1940 fue declarado Monumento Nacional por ley N° 12.648. Actualmente en su predio, además del convento, podemos visitar el seminario, el Museo Histórico y dos colegios. 

Desde el jueves 17 de febrero hasta el viernes 10 de mayo de 1876 y desde el lunes 25 de octubre hasta el viernes 26 de noviembre de 1880, el padre Esquiú vivirá en el histórico convento de San Lorenzo.

Seguramente visitó las habitaciones donde funcionó la primera escuela pública que tuvo nuestro país, el Colegio de San Carlos, allá por 1810; estuvo en la sala donde se firmó el armisticio de 1819 entre el representante de Manuel Belgrano y los del General Estanislao López; sin dudas rogó por las almas de los caídos en defensa de la Patria, sepultados en el huerto y recorrió aquel cercano lugar, donde en 1846, el General Lucio V. Mansilla puso freno al avance de la flota de invasores ingleses y franceses.

Cuatro meses de su vida el padre Esquiú, virtuoso fraile catamarqueño que consagró su vida al servicio de Dios y de su Patria, residió en el legendario convento donde sucedieron importantes acontecimientos de nuestra historia nacional.
 

100%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

7/2/2021 | 21:03
#149006
buena nota, interesante! saludos

Otras Noticias