Informe: Adriana Romero.

En este último tiempo es creciente el interés de los niños y jóvenes catamarqueños por el ajedrez, el juego ciencia que ayuda a desarrollar habilidades cognitivas y sociales.

Clubes, centros vecinales, sedes de participación vecinal, escuelas y hasta las mismas plazas son lugares privilegiados para aprender esta disciplina y ponerla en práctica en los torneos, que reúnen a sus adeptos.

El certamen realizado el pasado fin de semana en el marco del Portal del Emprendedor es un ejemplo de ello. 

También a nosotros nos atrajo la idea de conocer esta actividad que enciende la pasión de los chicos y también de los grandes.

Es por ello que buscamos a quienes están vinculados con esta propuesta educativa, deportiva, social y cultural, que además de competencia crea lazos de amistad.

Apelamos a la Federación de Ajedrez de Catamarca, entidad madre de esta disciplina; a un maestro con 30 años de experiencia y al grupo denominado Catamarca Ajedrez, difusores de esta interesante actividad. Agradecemos a ellos su aporte para introducirnos en este mundo de peones, damas y reyes.

El ajedrez es un juego entre dos personas, en el que cada una dispone de 16 piezas móviles colocadas sobre un tablero dividido en 64 casillas o escaques. En su versión de competición está considerado como un deporte.

Tal como se lo conoce actualmente, surgió en Europa durante el siglo XV, como evolución del juego persa shatranj, que a su vez surgió del más antiguo chaturanga, que se practicaba en la India en el siglo VI. La tradición de organizar competiciones de ajedrez empezó en el siglo XVI. El primer campeonato oficial del mundo se organizó en 1886. 

El ajedrez está considerado por el Comité Olímpico Internacional como un deporte y las competiciones internacionales están reguladas por la Federación Internacional de Ajedrez (Fide).

En nuestra provincia, existe la Federación Catamarqueña de Ajedrez, que nuclea a clubes y otras entidades. Su comisión directiva está presidida desde hace dos años por Maximiliano Portero, quien recientemente fue incorporado al equipo de trabajo de la Federación Argentina de Ajedrez (Fada).

El joven dirigente cuenta que “como entidad madre del ajedrez catamarqueño, con más de 50 años de vida, hoy nucleamos siete clubes y tratamos de darles vida, buscando que tengan más participación, para que organicen los torneos y nosotros fiscalizamos. También instamos a las escuelas”. Se puede practicar ajedrez en Defensores del Norte, Salta Central, Círculo de Obreros, ATSA, Uthgra, centro vecinal Divina Misericordia, entre otros.

Maximiliano Portero.

“En la mayoría de las Sepave enseñan ajedrez. Son escuelas que lleva adelante el profesor Luis Jalil, quien lleva cerca de 30 años enseñando y más de 10 con las escuelas. Es el único árbitro nacional que tenemos, además de uno regional, Darío Ocampo, actual campeón catamarqueño. La hija del profesor Jalil, María Sol, es instructora y enseña junto con Darío en las Sepave. En el caso de Darío, también es instructor en Uthgra. Acompañó a dos chicos al nacional de infantojuvenil, que se jugó en el Círculo de Ajedrez de Villa Martelli, Buenos Aires, uno de los más grandes del mundo. Hubo 350 chicos de todo el país”, comenta.

En el nivel local, “la Federación realiza los principales torneos y coordina con la secretaría de Deportes los Juegos Evita”, afirma Portero, agregando que “generalmente hacemos un torneo abierto para todo público. El que hicimos la semana pasada en el Portal del Emprendedor salió espectacular. Hubo 51 participantes, entre grandes y chicos. Fue más inclusivo”.

Para nuestro entrevistado, “el ajedrez tiene un potencial muy grande y es nuestra responsabilidad incentivar al chico, ya que es difícil que elija el ajedrez, se inclina más por otros deportes. De allí que debemos acercarle el tablero y empezar a enseñarle. En la edad temprana se lo asimila con otros conceptos como dibujar o relacionarse con las piezas, pintan o hacen moldes de éstas, hay obras donde se visten de piezas o juegan con unas de gran tamaño, cuenta la historia lejana del ajedrez. A medida que va pasando el tiempo aprenden estrategias, tácticas. Es todo un programa”.

El año pasado, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza que establece la incorporación del ajedrez en la currícula de las escuelas municipales. Al respecto, dice que “hoy no se está llevando a cabo, por eso este año nos hemos propuesto hablar con la gente de Educación de la municipalidad para que se ejecute. Es necesario por los beneficios que tiene en la toma de decisiones. Hay que inculcar valores, saber ganar y perder, generar lazos de amistad”. 

Asimismo, Portero destaca “la ayuda de los padres, que cumplen un rol muy importante, lo llevan al chico y se quedan sentados a un costado hasta que termina el torneo y la premiación”.

“Esto es apasionante, no tiene límites, cada viaje que hacemos lo disfrutamos al máximo. Hemos pasado fronteras, este año hemos ido a Chile, Mendoza y San Luis, hicimos como una gira y jugar en otro país representando a la provincia es bastante satisfactorio”, expresó.

Respecto de su experiencia personal, cuenta que se vinculó con el juego ciencia cuando “desde chico jugaba con mi padre; después me fui a estudiar a Córdoba y al regresar a Catamarca me conecté con la Federación”. 

“Yo vivo el ajedrez con una pasión tremenda, me encanta ver jugar. Yo también juego, estoy aprendiendo. Las reglas son fáciles, el tema es cuando uno quiere dar un escalón más arriba con la táctica y la estrategia. Ahora soy más dirigente que ajedrecista”, manifestó.


Jaque mate en la plaza

El ajedrez despierta pasión en muchos. Este es el caso de Vicente Alejandro Erazo, principal referente de la asociación Catamarca Ajedrez, conformada el 3 de noviembre de 2016. 

Así define este espacio: “Somos un grupo de amigos que amamos el ajedrez, que le ponemos alma, vida y corazón y el bolsillo también, cuando es necesario. Hacemos un ajedrez social, que estamos llevando a toda la provincia. Llegamos a lugares como Laguna Blanca, situado a 3.300 metros de altura y 460 kilómetros de Capital, una comunidad donde hay muchas necesidades”.

“Somos unas 20 personas y entre todos los jugadores debemos ser unos 60, todos de Capital. A su vez, en los departamentos hay entrenadores que por amor al ajedrez enseñan a los chicos el juego. Así generan jugadores, luego vamos y hacemos la competencia”, explica.

Y aclara que “nuestro sueño no es sacar un campeón del mundo, sino que el ajedrez sea un juego masivo, que juegue la mayor cantidad de gente posible. Y después, el jugador más destacado si quiere podrá hacer una carrera deportiva por su cuenta”.

En este afán llegaron a las plazas y recorrieron el interior profundo. “Ir a las plazas se ha vuelto vital, porque hay un montón de gente que sabe jugar al ajedrez, pero no compite. Vamos, ponemos los tableros y se llena de gente. Así, a medida que salimos a las plazas, viajamos al interior, hacemos competencias, notamos que ha crecido en forma exponencial. Nos están mirando de todo el Norte, porque no pueden creer la cantidad de gente que juntamos. El año pasado, la final provincial de Catamarca Ajedrez reunió a 135 chicos de toda la provincia. Fue el torneo más grande de chicos en Catamarca. Lo hicimos en Londres, donde contamos con el apoyo de la municipalidad para los premios y el almuerzo”, relata el referente del grupo, agregando que “no hay mejor cosa que una competencia, porque ganar un trofeo incentiva y se contagia”. 

Respecto del impacto del ajedrez social en comunidades alejadas de Capital, manifiesta que “en Laguna Blanca, por ejemplo, los chicos han conocido el mar porque ganaron una instancia y fueron a Mar del Plata”. Además, tienen la oportunidad de colaborar con los pobladores acercándoles ropa y otros elementos.

Entre otros tantos beneficios, el ajedrez modera la conducta y se convierte en aliado del docente. En este sentido, dice que en su recorrido por distintas partes de la provincia observó que “las directoras de escuela usan el ajedrez en las horas libres, porque cuando les ponen el tablero, los chicos dejan de andar corriendo y gritando”.

También menciona el aporte del juego en el aprendizaje de la matemática: “Una de las materias más difíciles para los chicos es la matemática y como el ajedrez es pura lógica, tienen que calcular la jugada, es un ejercicio permanente, entonces desarrollan la mente de tal manera que vuelan en lógica, comprensión de texto, razonamiento; es impresionante lo que el ajedrez produce”. 

En cuanto a su implementación en las instituciones educativas, refiere que “en toda la comunidad europea es materia obligatoria y nuestra organización apoyó el año pasado la ordenanza municipal para que en Catamarca también lo sea dentro del ámbito educativo municipal”.

Sin embargo, al igual que los otros entrevistados, reconoce que por ahora “sólo hay talleres, pero son opcionales y estaba pensada como una materia curricular”, además, puntualiza que “en pocas provincias se implementa el ajedrez: Santa Fe en  4° y 5° grado, Capital Federal, San Luis donde hay un plan con la universidad, juntaron talentos de todas las provincias y trajeron un maestro internacional de México. Hay un programa y todo eso requiere inversión. El Estado tiene que participar para que esto sea masivo”.

Erazo considera que para introducirse en el juego, “lo ideal es que el chico aprenda a distinguir las letras y los números, el resto es ingenio. Es un juego de defensa y ataque, entonces ellos se divierten”.

Vicente Alejandro Erazo.

Entre los más chiquitos recuerda a “Marquitos Bringas, de 5 años y Camilo Moya, de 6 años. De ahí para arriba, hay una categoría muy linda, la sub 10, son nuestras joyitas. Es más, tenemos la ilusión de que Lautarito Toloza sea campeón argentino. El padre es muy buen jugador y eso ayuda mucho. Fue a Las Termas y ganó un torneo del Noroeste”.

“En Laguna Blanca, Kevin Salgado es medalla de oro a nivel nacional. El año pasado fue a los Juegos Evita, competencia que hace la dirección de Deportes de la Nación en Mar del Plata, integrando el equipo sub 14, ganó todas las partidas y salió medalla de oro. Ahora tiene 15 años y va a jugar en la sub 16. Tiene una proyección importante, pero, lamentablemente, vive tan lejos y es humilde, que no tiene competencia y si uno no tiene competencia no crece deportivamente”, cuenta acerca de la realidad local.

Asimismo, confía en que “nuestro sueño es hacer un torneo de 100 chicos en Capital, porque en toda la provincia ya lo hemos logrado. Para el cumpleaños de Valle Viejo hicimos un torneo con más de 60 personas, vi que hicieron un torneo en Salta y había 22”. 

Dice que la experiencia “ha sido muy buena, el movimiento en Catamarca supera a todas las provincias del Norte. En nuestro caso hemos crecido. Hoy tenemos la sede en el Club Social, donde hay un instructor, otro en la parroquia de Villa Cubas y en el Colegio Montessori, que enseña los sábados. Arrancamos sin nada, sin tener ni un peoncito, hoy tenemos 30 juegos, 30 relojes digitales.

Debe haber como 15 entrenadores en toda la provincia que están constantemente con el ajedrez”.

Y las expectativas siguen: “Vamos a llevar a unos 6 u 8 chicos a Termas de Río Hondo. Con las madres empezamos a hacer beneficios, vamos en cuatro autos. El tema central son los chicos, son nuestra ilusión”, señala, indicando que “ellos mueven a mucha gente, a los padres, al abuelo, al tío y viven esto con alegría. El ajedrez de chicos, que no se hacía, tiene una enorme repercusión. Seguimos tratando de generar más jugadores, que esto sea más grande y no tenga límites”.

“Es una importante herramienta para el aprendizaje porque ayuda a los chicos a pensar”
 

Con cerca de tres décadas dictando clases de ajedrez, el profesor Luis Jalil nos brinda su mirada sobre la realidad actual en Catamarca. “Desde hace 30 años estoy enseñando a gente de todas las edades y de un tiempo a esta parte, los niños y jóvenes se han sumado al juego del ajedrez. Esto se aprecia en los torneos donde han aparecido nuevos chicos y eso habla de un crecimiento del deporte de las 64 casillas”.

“Yendo más allá, tenemos la incorporación de las escuelas municipales de Capital, que ya cuentan con talleres en la educación formal, donde los chicos pueden optar por el ajedrez como una disciplina más, aunque aún no está incorporado en la currícula”, a pesar de la aprobación de la ordenanza municipal. 

Jalil comenta que “el taller funciona en la biblioteca, incluso en el recreo hay muchos chicos que están gustosos de la actividad y van a practicar durante los minutos que tienen”, manifiesta, apuntando que “eso hace que los chicos se vayan contagiando. Una vez que el chico aprende el ajedrez lo lleva, lo incorpora en la casa, lo practica en familia y eso hace que vaya creciendo”.

A medida que el chico avanza, “llega a un punto que le gana a todos y nace la necesidad de competir, quiere aprender más para progresar”, señala Jalil, destacando que “estamos bien mirados en el país, porque el ajedrez tiene un auge muy importante en estos últimos tiempos”.  

También comenta que “hoy se está utilizando el ajedrez en el área medicinal, se lo está indicando en una enfermedad como el Alzheimer porque ayuda a tener constantemente activado el cerebro, las neuronas, el pensamiento”.

“En realidad todos tenemos la capacidad para aprender ajedrez. Hay a quienes no les gusta porque no lo conocen, pero una vez que lo aprenden ven las bondades que tiene el juego, los cálculos, la resolución de problemas, los distintos estilos para competir, todo eso los atrapa y se vuelcan al ajedrez, que se transforma en una pasión. Aprender a jugar el ajedrez es como andar en bicicleta, es para toda la vida”.

El docente calcula que “el año pasado, en Capital, como mínimo, unos 200 chicos deben haber pasado por las escuelas municipales, los clubes, el Polideportivo Sur, donde estoy desde hace varios años, las Sepave, los centros vecinales”.

Y define que “es una importante herramienta para el aprendizaje porque ayuda a los chicos a pensar, lo cual activa la resolución de problemas, la toma de decisiones para plantear las estrategias de juego, las tácticas, la concentración. Las cualidades que brinda el ajedrez son innumerables”.

Cuenta que en estos años, su experiencia “a nivel personal ha sido muy positiva, he competido a nivel internacional, he jugado en muchos clubes durante varios años este hermoso deporte, que se transmite de generación en generación. Son muchas las generaciones que han aprendido en las escuelitas donde estuve”.

Luis Jalil es instructor de ajedrez y el primer árbitro nacional de la provincia reconocido por la Federación Argentina de Ajedrez (Fada) y dirigió en distintas partes del país.

Desde ese lugar, considera que “es un constante aprendizaje y eso motiva a seguir. Estamos creciendo y siempre estoy en el camino de la competencia, otras veces me toca estar como árbitro, otras como instructor enseñando o dando alguna charla, siempre vinculado con el ajedrez”.
 

El ajedrez ayuda a los chicos a desarrollar de una forma natural habilidades como la memoria, capacidad de concentración, toma de decisiones y aceptación ante el error; la atención y reflexión, visión espacial de la realidad: táctica y estrategia; la resolución de problemas, razonamiento lógico-matemático y pensamiento creativo; el autoestima y el sentido de logro, capacidad crítica, iniciativa y empatía.