No hay vencedores ni vencidos

sábado, 27 de noviembre de 2010 00:00
sábado, 27 de noviembre de 2010 00:00

Pasaron las internas peronistas...
Los desencuentros, las discusiones, las denuncias, el pase de factura, el exceso de tolerancia para algunos, el incumplimiento de algunos, el incumplimiento de los límites impuestos, etc. fue el disparador para que de todos los sectores levantaran polvareda y al final, la verdad de los sucesos quedara en una nebulosa.
Concretamente, la verdad es que nunca se preocuparon por recuperar la discusión política interna y mucho menos, de la responsabilidad que le cabe a toda conducción, de conocer y saber el deseo de participación de la militancia.
Así aparecen candidatos que nunca se plantearon discusión política alguna, la que se debe dar para construir un nuevo espacio, para producir el cambio que la militancia requiere, porque a esta también se la ignora (ya pasaron 20 años). Entonces terminan siendo Diputados que funcionan exclusivamente en lo personal y no en lo partidario, olvidando a quienes representan.
En estas últimas internas funcionó como un gran separador la compra de votos, que oscilaba entre los $20 y $50. Es decir que la pobreza funcionó otra vez como única variable.
¿De qué puja política se habla?
¿La representatividad que se exhibe es legítima?
La entrega de dinero se la hicieron a jóvenes comprendidos entre 20-28 años mayoritariamente varones, que figuran en el padrón como independientes (en Capital) y que representan casi un 60% de los votos emitidos.
Señores! todos ellos son votos “golondrinas”, que estarán presentes en las elecciones generales en el sector político de mejor oferta económica.
Estos jóvenes no tienen militancia, muchos de ellos no participaron de ninguna discusión política partidaria, sólo trataron de pasar un domingo relajados en grupo o en familia.
Se volvió a instalar la compra y venta; funcionó el mercado de “Ofertas y Demandas”, y bien sabemos y conocemos que en Catamarca siempre supera la Demanda. (Palabras del Sr. Gobernador “Catamarca es pobre”).
La conducción y la dirigencia se encuentran en una profunda crisis, todos continúan tratando de arreglar el discurso en términos de números, como si fueran el reflejo político de representatividad alguna. Nada más lejano...
No se escucha hablar de reconstruir, de construir un nuevo orden, de aportar un proceso que resulte “Histórico” en la organización para marcar un camino de futuro.
Claro, no se habla de lo que se desconoce o se omite, la reflexión indica que estamos llamados a hacernos cargo, y a constituirnos como protagonistas de una versión política que amplíe los límites de lo posible para profundizar así la Democracia.
Hay que recuperar a la política como herramienta de transformación social en función de los intereses populares y no de los personales. “Cuando prevalecen sólo las acciones personales políticas, estos generadores se sienten dueños de los espacios y del silencio de la militancia”.
Resulta difícil percibir cuál es la dimensión real del fenómeno por no saber si esos compañeros, los más ruidosos, de uno y de otro sector son realmente representativos o se agotan en su propia dinámica, que atemoriza o deja perpleja a las mayorías que siguen con su vida como debe ser.
“En cualquier caso, el odio es como un genio que durante un largo tiempo anduvo encerrado”.
Siempre el que odia a sus opositores, o a los críticos o a los disidentes es porque se siente odiado. “Siempre el odio malo es el de los otros y el bueno es el nuestro”.

Prof. Alberto R. Calderón (Tito)
DNI 7.659.274
Salta 1011

De El Esquiú.com
Una auténtica militancia no debiera ser rentada. Eso está claro. Si es mercenaria, no es militancia.

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