El día 23 del corriente, leí en La Nación un artículo que, como todos a los que nos tiene acostumbrado el escritor peruano y recientemente premio Nobel, el señor Mario Vargas Llosa, es buenísimo… El título del artículo de referencia es “Educar en la Tolerancia”. Lo que allí se relata es verdaderamente muy bueno, pero como vieja que soy (no adulta mayor) quiero contarles que yo viví en mi infancia (lamentablemente ya no en mi adolescencia), algo muy semejante a lo referido por el escritor sobre un colegio público de un barrio de inmigrantes, en Estocolmo.
Cuenta el artículo sobre la tolerancia que reina en ese colegio, donde distintas culturas conviven, se alimentan y enriquecen entre sí, aceptando al otro en forma natural. Yo viví algo parecido, en la escuela pública, que era casi la única que existía, con argentinos, paraguayos, brasileños, alemanes, ingleses, nativos, de distintos niveles sociales, hijos de empleadas domésticas, de profesionales, ricos, pobres, clase media, etc., éramos todos amigos, cantábamos los himnos del Brasil, Paraguay, Uruguay, y también la Marsellesa. Ahora tomo conciencia. ¡Qué tiempos aquellos!
¿Pero saben?, todo se perdió cuando llegaron los gobiernos populistas, se hablaba de no discriminar como ahora, y eso desató la discriminación, cayó en desgracia poco a poco la escuela pública, ahora están las privadas que buscan superar la decadencia de las maravillosas escuelas públicas que conocí, porque los que trabajan en estas últimas ya no se identifican como docentes, se llaman trabajadores de la educación. Para mí, en las viejas escuelas públicas el objetivo era el alumno, ahora el objetivo es el trabajador, privando a los alumnos de horas de clase para lograr sus objetivos reivindicadores. Aclaro que digo “para mí”; no me creo dueña de la verdad, no soy populista (porque parece que decir izquierda y derecha no corre) para que me ubiquen soy defensora de nuestra hermosa Constitución, sobre todo la del 53-60.

Elena Leiva Deymonnaz

De El Esquiú.com
La tolerancia en nuestra sociedad sigue siendo una materia pendiente.