Defensa de la vida

Una anéctoda que refleja el pensamiento de los que se oponen al aborto.
martes, 10 de agosto de 2010 00:00
martes, 10 de agosto de 2010 00:00

Sr. Director

Con un bebé de meses en brazos, una mujer llega muy asustada al consultorio de su ginecólogo.
Tiene un serio problema: está embarazada nuevamente y quiere interrumpir su embarazo para no tener dos hijos tan seguidos.
El médico piensa un poco y le propone un método mejor y menos peligroso. Ella sonríe aliviada, hasta que el doctor le sugiere crudamente matar al niño que tiene en brazos aduciendo que así tendrá un respiro hasta el nacimiento del otro niño.
“Si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro niño. Y hasta es más fácil sacrificar al que tiene en brazos, puesto que así su salud no correrá ningún riesgo”, explicó.
La mujer se asustó y exclamó: “¡No, doctor! ¡Qué horror! ¡Matar a un niño es un crimen!”.
Aplomado, el médico le responde que él piensa igual, pero que al verla tan decidida quiso ayudarla de alguna forma.
Su lección surtía efecto: convenció así a la madre de que no hay la menor diferencia entre matar a un niño que ya nació... y matar a uno que está por nacer, y que está vivo en el seno materno. ¡El crimen es exactamente el mismo!
En la Argentina actual, donde se tiende a banalizar el debate profundo, me pareció oportuno plantear una anécdota real, que refleja con crudeza y realismo el valor supremo que está en juego cuando debatimos acerca de legalizar el aborto: que es el derecho a la vida de un niño o niña indefenso.
No hay bien superior a defender por cualquier funcionario público que el derecho a la vida.

Estela Britez
Madre de familia

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