Correo de lectores

Un ejemplo a seguir

Palabras para destacar la ejemplar figura del Padre de la Patria.
domingo, 15 de agosto de 2010 00:00
domingo, 15 de agosto de 2010 00:00

Sr. Director

Con la experiencia de vida que tengo y los años que he acumulado en vivencias personales y públicas, hoy con total certidumbre puedo expresar que tengo plena convicción de que son numerosos los hechos realizados por argentinos sobre los que puede decirse, sin temor a equivocación, que han logrado, por consenso unánime, el reconocimiento de sus compatriotas.
En este trajín en el que posiblemente en forma inconsciente buscamos la definitiva conformación del ser nacional, tenemos a la Revolución de Mayo, porque abrió el camino hacia la emancipación y cambió el principio de la legitimidad de poder; la declaración de 9 de julio de 1816 porque hizo efectiva independencia; Manuel Belgrano, porque fue el creador de la Bandera y su trayectoria se admite como ejemplo de virtudes cívicas en el más amplio sentido de la expresión, y finalmente San Martín, porque su acción militar y su lucidez, libre de ambiciones personales espurias, puertas al servicio de la libertad de su país y de América Hispana, permite reconocerlo como un símbolo de la consideración de los ideales contenidos en los acontecimientos fundadores del decenio de 1810.
Hoy se cumplen ciento sesenta años de la muerte del Gral. San Martín, que pareciera que no queda nada por decir, pero San Martín fue tan grande que siempre queda algo por decir y por sobre todo, para reflexionar. Por eso me permito pensar en voz alta e imaginarme que hoy no sea un día más del ritual de su merecida recordación, si no que a más de ello busquemos las formas y los medios de transmitir y/o trasladar a los jóvenes la trascendencia de su acción y personalidad, porque José de San Martín, ese hombre de carne, hueso y espíritu, que año a año traemos de nuestro pasado y recordamos como padre de la argentinidad, hoy, más que nunca, nos damos cuenta de que lo necesitamos para el futuro, para que los jóvenes se nutran de sus valores y se impulsen a partir de ellos, y así terminemos de dar forma a esa Patria justa, libre y soberana por la que él tanto luchó.
Finalmente recordemos que San Martín con su ejemplo nos enseñó que hablar de ética no es ser ético, que los valores están en la conducta, el comportamiento y en la acción, cuya herencia está en el esfuerzo silencioso de esa mayoría del país que cada día, convencida de los valores de la Democracia, no proclama, pero si ejerce la defensa de su dignidad y de su libertad.

Mabel Edith Acevedo
Concejal Concejo Deliberante
S.F.V. Catamarca

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