Correo de lectores

Homenaje en el Concejo

Un reconocido homenaje a Domingo Sarmiento.
martes, 14 de septiembre de 2010 00:00
martes, 14 de septiembre de 2010 00:00

Señor Director:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. con el objeto de solicitarle tenga a bien publicar en su prestigioso medio, la siguiente carta al director cuyo texto alude a un homenaje para todos los maestros que desde sus aulas trabajan por la educación de generaciones de jóvenes que mañana tendrán en sus manos el futuro de nuestra Patria.
En su sillón de enfermo, miraba el anciano los últimos pasos del invierno Paraguayo. Un invierno suave, había corrido ya cabalgando en la brisa que ahora se volvía primavera. La luz nueva de la mañana jugaba sobre el filo de las nubes infantiles pureza. Y el enfermo, hombre recio, habituado a los combates de la vida presentía una noche brusca, definitiva, que habría de golpear la sonrisa contagiosa del amanecer.
Y así fue. Domingo Faustino Sarmiento moría en la parte física de su existencia aquella mañana del 11 de Septiembre de 1888.
En adelante la vida del anciano seguiría de otro modo: en el recuerdo, en la veneración de millones de almas.
Sarmiento es de los que siguen años y siglos multiplicados en las generaciones posteriores a las suyas, creadores de formas que crecen y de realidades salvadoras. El hombre quiere ir adelante y los próceres sostienen la fatiga y alivian la sed.
Por eso el hombre de hoy, en la Argentina y en América, se siente capaz de luchar en el nombre de Sarmiento, que fuera infatigable maestro de la batalla civilizadora.
No hay escuelas que desconozcan la vigilia apasionada del educador por antonomasia,
vidente del progreso y precursor de innumerables empresas.
Creyó en las escuelas, puente sólido entre su época y el futuro. Escuelas donde brotaran del alfabeto echado a voleo fruto seguro, habitantes que a través del libro estuvieran en condiciones de compartir el pensamiento de los intelectuales lejanos, hijos capaces de ser más cultos que sus padres.
Sarmiento es el gran maestro, el hacedor de escuelas, el que medita en la educación popular como único manantial de progreso.
Domingo Faustino Sarmiento goza del amor y el respeto de millones de argentinos que proclaman la inmortalidad del prócer, y la confirman cada once de septiembre como un modo de negar la muerte y de alzar la copa por la vida.
El Día del Maestro debía coincidir con el aniversario del fallecimiento del ilustre ciudadano. Era indispensable que coincidieran las dos fechas porque en todo educador, así sea el más humilde, el más culto, habita el espíritu de Sarmiento y la prueba de que el civilizador eminente sigue frente a la muchedumbre labrando el ánfora para otros días, para el tiempo de la grandeza que como País nos merecemos.
Por eso es importante que hoy además de recordar a Domingo Faustino Sarmiento y saludar al Docente Argentino, veamos qué podemos hacer por nosotros mismos y por nuestro futuro. No olvidemos que la historia se nutre no sólo de las grandes figuras sino también del pequeño o el gran esfuerzo de cada uno de nosotros. Allí radica nuestra responsabilidad.

Mabel Edith Acevedo
Concejal Circuito 6
(Homenaje leído en la 24° Sesión del Concejo Deliberante de la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca)

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