El festival de Santa Rosa da inicio en el año 2008, gestión del Gobierno de Elpidio Guaraz, y se realiza todos los años los días 18 y 19 de febrero. Este evento folclórico tuvo una gran repercusión en el ámbito cultural de esta “jurisdicción municipal”.
En el mismo se trata de reflotar y hacer conocer ancestros de una cultura casi extinguida. En éste, se exponen reliquias de viejas teleras, frezadones y sobre pelos, trabajados en viejos telares, que todavía se conservan, en Dos Pocitos, Quebracho Blanco y otros pueblos - como así también lazos trenzados, látigos, monturas, trabajados por hombres de la zona.
Presenta para la venta, y se pueden degustar, riquísimos arropes de tuna y de chañar, quesos y quesillos, que elaboran los nativos en pequeña cantidad. Este festival, además de presentar una nutrida cartelera de artistas de gran jerarquía, permite que puedan actuar todos nuestros representantes, quizás no conocidos ni valorados. Conjuntos folclóricos locales, ballets, recitadores que narran y cuentan la historia de nuestros pueblos. No se puede obviar la presencia de “paisanos” que punteando su guitarra cuando interpretan el “Himno Nacional Argentino” hacen levantar a la platea de este festival.
Este evento folclórico tiene como escenario la Plaza de Bañado de Ovanta. La misma lleva el nombre de “Fray Mamerto Esquiú”, enmarcando su centro con un “Busto” del gran Orador de la “Constitución Argentina”. Esta histórica plaza tiene esculturas y artesanías que representan nuestra autóctona cultura indígena, y que tratan de expresar el sentimiento indio.
En la misma se puede observar una muralla en “semicírculo”. Su basamento surge desde el centro del “Sol”, como símbolo de Luz, Esperanza y Fe, enmarcando con esta “muralla” su figura solemne, de ejemplo del bien. También se puede observar serpientes que representan a “Yacumama” (madre del agua) que emerge de las profundidades a las alturas. Esto determina el nacimiento del sol.
“Este”, esperanza de una nueva luz, un nuevo amanecer. En el “Oeste” surge “Illapa” elemento fuego por donde el sol se oculta.
El constante caer del agua en la fuente, implica que celestialmente desciende la misma, para fortalecer el suelo, fecundar la tierra. Y así “universalizar la vida”. En el centro hay cuatro tinajas, elemento místico que recibe el líquido vital y a su vez representa las cuatro estaciones, los “cuatro elementos” los “cuatro puntos cardinales” y la Cruz y el Sur.
Los movimientos de los elementos protagónicos forman un ritmo circular, tomando como centro una columna que representa a “Viracocha” (Dios del Universo Andino). Bañado de Ovanta, pueblo de tradiciones históricas, como las siete coplas de la “Telesita” y de leyendas como la del “duende de la siesta”, el sombrerudo que salía en la ruta 64, la luz roja que se prendía y se apagaba en el río de ese lugar.
Originalmente esta jurisdicción municipal estaba cubierta de tupidos bosques. Cuenta la leyenda del “Sacha- Joe”, duende que lloraba en medio de los árboles, que cuando el hachero se acercaba a buscarlo “desaparecía” y según los dichos, el hombre del hacha muy pronto moría.
Leyendas e historias que en este festival son narradas por nuestros recitadores, y satirizadas por algunos payadores locales, en una búsqueda hacia el encuentro de nuestras raíces históricas y culturales.
Pues bien, Bañado de Ovanta fue poblado “parcialmente” por gente que llegó de otras partes, por diferentes motivos, pero por sobre todo buscando el lucro personal, muy pocos influyeron en el progreso y el desarrollo social y cultural de ese lugar. Por eso es importante destacar el accionar de algunos nativos que nos representan y que de una u otra forma, defienden el derecho de sus hermanos, para no ser sometidos, ni explotados por capitales llegados de afuera.
Por eso considero que quienes hacen esto, como así también reflotar nuestras raíces históricas y culturales, sólo pueden ser aquellos que llevan en sus venas, la sangre de su propia madre.
QUE ES SU “MADRE TIERRA”

Ramón Arturo Brizuela