La columna de hoy

Algo personal

sábado, 24 de noviembre de 2012 00:00
sábado, 24 de noviembre de 2012 00:00

San Martín nos enseñó que se oye más a un hombre que grita que a mil que callan, por eso esta columna está dedicada a los que sueñan un país y una provincia más libre y más justa. A su vez esto me hace poner distancia y cuestionar a quienes estando en la función pública como integrantes del Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial no cumplen con estos sagrados valores de la democracia. Con ustedes tengo algo personal que me enoja. A ustedes, de ahora en adelante los personajes para esta columna, los veo por las apariciones en los medios como hombres de paja que usan la colonia y el honor que les da un cargo, para ocultar oscuras intenciones y por lo que se dicen entre ustedes, en la mayoría de los casos, tienen doble vida, son sicarios del mal, indignos. Entre esos tipos y yo hay algo personal que se expande hacia personas comunes que no aceptan cómo las cuestiones públicas pueden estar en manos de estos personajes. Esas personas comunes a las que nombro y con las que me identifico trabajan con honradez y sacrificio todos los días.Toman riesgos. Pagan puntualmente sus impuestos sin gambetear, ni evadir, ni eludir.Sufren porque no les alcanza para llegar a fin de mes. Están preocupados por que la fábrica está por cerrar o su comercio no vende. Son solidarios y se sienten parte del mismo barco porque aceptan las reglas de juego que impone la vida en común. Aman la sencillez. Se pueden equivocar y de hecho lo hacen todo el tiempo. Pero de buena fe, no para ocultar oscuras intenciones. Los personajes, los que son noticias por sus graves denuncias sin recurrir a la Justicia, los ineptos que no dan soluciones a los reclamos del pueblo, viven a expensas de los demás. Bicicletean todo el tiempo las repuestas, ocultando siempre las consecuencias que los problemas acumulan. Se guardan los vueltos, siempre hay un retorno cuando la plata es de otros. Piden y reciben coimas. Conspiran todo el tiempo. Recitan democracia por la boca y vomitan autoritarismo por todos lados. Tienen doble discurso, doble moral y una ganancia económica extra por traicionar el mandato del pueblo que pide honestidad.
Las personas comunes queremos siempre llenar de contenido la democracia. Extirpar las injusticias, las esclavitudes cotidianas, la falta de coraje que lleva al verticalismo, la disciplina rigurosa que dinamita la libertad de pensamiento. Sabemos que pocas cosas son tan fáciles de perder y tan difíciles de recuperar como la libertad.
Ustedes, los personajes y al que le quepa el sayo, que se lo ponga, lo miden todo en función de resultados, de rentabilidad económica y política. Confunden valor y precio. Sus vidas sólo son largas escaleras para ser más poderosos que felices. Ustedes la levantan en pala, la ocultan afuera, la disimulan, la triangulan, colocan testaferros, se hacen ricos con lo que es de todos.
Nosotros, los comunes y sus hijos que somos los de abajo, todavía soñamos con la autopista educativa que nos lleve a la igualdad de posibilidades y a la movilidad social ascendente. Al mundo del trabajo digno, de las mejores oportunidades y del verdadero progreso. Pienso que ser cada vez mejores es ser cada vez más felices y es lo que esperamos vivir. Blas Pascal decía que la felicidad es una virtud maravillosa y extraña: cuando más se da, más le queda a uno.
Los personajes viven rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos oficiales, a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad, hasta en algunos lugares hacen colgar sus retratos. Juegan con cosas que no tienen repuesto y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal y me gusta pensar que ustedes son menos que nosotros porque nosotros somos el pueblo al que le piden el apoyo cada dos años.
Tienen que cambiar y les digo a todas/as que mejorar, que trabajar para revertir esta mala imagen de personajes, peleando con transparencia por los sueños de libertad y de igualdad para que seamos otra vez uno en la diversidad, uno en la pelea contra los corruptos, los golpistas, el progreso, las injusticias, las drogas, los servicios públicos, la seguridad y muchas otras cosas. Entre algunos de ustedes y nosotros debemos construirlo. Y seguramente encontraremos la alegría, en medio de la pelea, con quienes quieran estar al lado del pueblo de esta manera, el desafío esta planteado.

Lourdes Rodríguez

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