Correo & opinión

Oscar Castillo y la fábula del pastorcito mentiroso

domingo, 25 de noviembre de 2012 00:00
domingo, 25 de noviembre de 2012 00:00

Señor Director:
Con asombro e indignación amanecimos el 22 de Noviembre con las rimbombantes declaraciones de Oscar Castillo, quien con absoluta ligereza y supina irresponsabilidad, pretendió vincular a funcionarios del Gobierno de la Provincia con presuntas actividades de narcotráfico. Y nos vino a la memoria aquella vieja metodología aplicada por el nazismo de “miente, miente que algo quedará...”, que fuera utilizada para descalificar a personas y justificar abusos y atropellos contra los denominados “enemigos del régimen”.
Y no nos sorprende que quien resulta hijo del más genuino representante de la Dictadura en Catamarca (Amoldo Castillo), utilice idéntica y perversa metodología para sembrar un manto de sospecha sobre un Gobierno que trabaja fuertemente para revertir el desastre que causara el propio Oscar en la Provincia, gracias a la corrupción que institucionalizara lucrando con el hambre de los humildes mediante el despilfarro de las compras directas en Desarrollo Social. Es el mismo que siendo Gobernador facilitara con sus socios de turno, la operación de triangulación financiera entre el Banco de Catamarca y los Bancos Extrader y Feigín con consecuencias patrimoniales perjudiciales al erario provincial. Es quien negociara con los Taselli la entrega del servicio de energía, con las consecuencias por todos conocidas. Es el mismo que siendo Gobernador, malversara los fondos de regalías mineras, situación reconocida públicamente por su propio Ministro de Gobierno, Dr. Pedro Casas.
Tampoco sorprende que quien fuera denunciado públicamente en el año 2007 por mantener trabajadores en negro en la finca rural de titularidad de la empresa “Rincón de Ipizca S.A.”, de la cual es accionista Oscar Castillo, sea el mismo que ahora intenta desprestigiar sin pruebas a quienes sólo pretenden construir una sociedad más igualitaria y en la que todos tengan los mismos derechos (El Ancasti Digital del 21/07/2007).
Es el mismo Senador Nacional que amparado en sus fueros, jamás dio explicaciones cuando ingresaron en el Hospital de Icaño dos peones rurales de la misma finca intoxicados con pesticidas fosforados de uso prohibido, según fuera publicado por Diario Calchaquí del 19/09/2012.
No es la primera vez que Oscar Castillo utiliza aviesamente a los medios de comunicación para levantar calumnias sin ofrecer una sola prueba de sus dichos. Ya en los años 90 se vio obligado a pedir disculpas por los infundios que manifestara ante el periodista Néstor Ibarra, en contra del ex embajador argentino en Holanda Julián William Kent, a quien también pretendiera vincular al narcotráfico.
¿Será que le molesta la democratización de la sociedad de Catamarca, porque ello deja atrás la metodología dictatorial? ¿Se sentirá perjudicado en sus propios intereses personales porque la ley exige a todos el cumplimiento de las obligaciones patronales laborales y de la seguridad social? ¿Resulta casual o causal que en forma concomitante a la media sanción al proyecto de Ley de Seguridad Democrática, salga públicamente a efectuar denuncias mediáticas sin aportar pruebas? ¿Cómo es que conoce detalles de un operativo policial del que no participó y la supuesta identidad de personas que no pudieron identificarse porque lograron eludir la persecución policial?
La obligación legal de denunciar que le cabe a todo funcionario público que tuviere conocimiento de la comisión de un delito, le exige a Oscar Castillo en su triple condición de abogado, exgobernador y actual Senador Nacional, presentarse ante la Justicia y aportar las pruebas en las que sustentare sus ligeras apreciaciones. Si no lo hiciere, se transformaría en un encubridor o en un mentiroso, a más de incurrir en incumplimiento de sus deberes funcionales, lo que lo colocaría en situación de ser investigado penalmente.
Estaríamos entonces, ante un personaje nefasto, que se parece más al protagonista de la fábula del pastorcito mentiroso, con la diferencia que en este caso, sus dichos se tornan más graves e irresponsables por provenir de un Senador de la Nación.

Luis Maidana
M. Belén Murúa
Ramón Orlando Ponce
Lucas Pereyra
 

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