Ante la quiebra provincial y el cogobierno K y radical, impulsemos el desarrollo de una salida de los trabajadores

miércoles, 19 de diciembre de 2012 00:00
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El 9 de diciembre se cumplió un año de la asunción de Lucía Corpacci, que había destronado un ciclo de veinte años del Frente Cívico. Corpacci llegó al gobierno mediante una convergencia de los sectores K, Saadi, Barrionuevo, la denominada Renovación, incluido el Movimiento Evita, que realizó una campaña con acciones piqueteras y ganó abrumadoramente la intendencia de Valle Viejo.
Corpacci concitó las expectativas de los sectores más humildes, asqueados con la corruptela y los atropellos permanentes del gobierno del Frente Cívico.
A un año, el gobierno de Corpacci atraviesa una crisis general.
En el mes de octubre, el secretario de Hacienda dio a conocer las cifras del déficit del presupuesto 2012 y del que se pronostica para 2013. Los datos son pavorosos, pues de un déficit en curso de casi 500 millones de pesos, el mismo se podría disparar (según publica El Ancasti, 25-10) para el próximo año a casi 3000 millones, pues se estima que la provincia contará con 7000 millones de ingresos pero los gastos podrían trepar hasta los 10.000 millones.
Ya con el déficit actual, en los municipios se están pagando con creciente atraso los sueldos. En la provincia franjas importantes de la salud aún no cobraron septiembre. Numerosas obras han sido suspendidas.
Toda la infraestructura destinada al agua potable y la energía eléctrica está colapsada por falta de inversión y mantenimiento. Las consecuencias son los apagones, el corte de agua, etc., cuando aún no comenzó el verano.
El gobierno ha planteado como vía de salida el derrumbe fiscal, la asociación del Estado con los nuevos emprendimientos mineros, en especial con el de Agua Rica y Filo Colorado, para lo cual ha creado una empresa minera estatal. Hasta tanto, ha planteado la posibilidad de financiarse vía la AGAP, que es un fondo compensador que aportan los trabajadores para asegurarse a futuro el pago del 82%.
Pero la crisis no sólo es estatal. Entre los sectores privados, los despidos y cierres se están generalizando. Las empresas alegan que se puso fin a la política de promoción industrial. En el campo, los olivicultores reclaman subsidios para subsistir frente al derrumbe de los precios de aceite y la crisis europea, destino de la producción de aceite de exportación.
La crisis fiscal y económica se traduce en tensiones y crisis en las filas del oficialismo.
Se acaba de producir la renuncia del ministro de Servicios Públicos y la del gerente de la Empresa Eléctrica de Catamarca, enfrentados con fuertes denuncias cruzadas de corrupción. El Ancasti hizo referencia a que esto significaba la primer crisis política del gobierno.
Ahora ha estallado un escándalo que vincula al ministro de Gobierno y al propio jefe de policía con el narcotráfico. A su vez, las ministras de Educación y de Salud están sufriendo fuertes denuncias y presiones que podrían llevarlas a la renuncia.
En ese escenario, Luis Barrionuevo ha reclamado internas al FPV para definir las listas de candidatos para las próximas elecciones provinciales, que en principio se realizarían en marzo, amenazando que en caso contrario iría por fuera del oficialismo. Incluso la hermana del gastronómico, Liliana Barrionuevo, acaba de legalizar un partido provincial. Corpacci tiene ahora un grave problema, porque todos los sectores reclaman posiciones salibles en las listas, incluso sectores tránsfugas del Frente Cívico, y que si no son satisfechos, amenazan converger con el barrionuevismo. Estas internas se reproducen en varios municipios.
La UCR, por su lado, está intentando resucitar al Frente Cívico, trabajando a dos puntas. Una con el macrismo, promovida por Castillo y Brizuela del Moral, referentes de los más grandes aparatos del radicalismo. Esta orientación derechista es cuestionada por el presidente de la UCR y toda el ala alfonsinista, planteando una orientación centroizquierdista y un acuerdo con el PS.
Pero la inconsistencia política de la UCR es completa, como se refleja en el pacto que acaban de sellar con el gobierno consensuando el presupuesto ajustador de 2013, una nueva ley electoral, una reforma impositiva favorable a los empresarios, y una nueva ley de seguridad cuyos alcances se mantienen en secreto hasta el momento.
Esto demuestra que en Catamarca no hay oposición política, sino un cogobierno, a favor de las mineras y los grandes capitales de la industria y el campo.
La experiencia reciente también ha demostrado que cuando las masas se enfeudan detrás de la demagogia de caudillos pequeño-burgueses que prometen resolver los problemas sin enfrentar efectivamente al gran capital, son conducidas a un callejón sin salida. Es lo que ha ocurrido en Andalgalá con el intendente Páez, que mediante un discurso antiminero cooptó, dividió a los movimientos de resistencia a la Alumbrera y a Agua Rica, y ha limitado sus divergencias con el gobierno de Corpacci a la mayor o menor autonomía en la administración de los recursos provenientes de las denominadas regalías secundarias, que son las migajas que se distribuyen a los municipios y de los que Corpacci pretende establecer su destino por encima de las intendencias.
En este escenario de crisis, está planteado desarrollar una oposición de los trabajadores incluida en la próximas elecciones (si se llegan a confirmar) orientada en una política para que la crisis la paguen sus responsables.
La salida al atraso y a la crisis actual, pasa por otra política: NO a Agua Rica, nacionalización de los recursos naturales, incluida el agua, bajo control de los trabajadores, asambleas ambientales y vecinos de las zonas afectadas, o sea una minería en función de los intereses de la mayoría popular, y la retención del excedente económico y financiero que genera la minería en la provincia, para que sirva para la industrialización de Catamarca, previa deliberación popular.
Frente a la crisis general planteamos medidas que aseguren las fuentes de trabajo y los salarios: prohibición de despidos, reparto de las horas de trabajo. Defensa integral de los fondos de la AGAP, impuestos crecientes a las grandes fortunas y a los terratenientes del olivo. Plan de obras bajo administración de los trabajadores priorizando la provisión de agua potable y luz.

Ariel López - Partido Obrero

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