La fumata blanca papal de Roma en Catamarca

sábado, 23 de marzo de 2013 00:00
sábado, 23 de marzo de 2013 00:00

Desde el 12 de marzo de 2013, que comenzara el Cónclave de Cardenales en Roma, y la votación unipersonal y elección de quién de ellos sería el nuevo Papa de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, bien podemos decir que había una expectación mundial al respecto, de la que por supuesto no era ajena la Iglesia local de Catamarca y su población del uno al otro extremo de su territorio provincial.
Lógica ansiedad política y espiritual, que prácticamente comenzó a develarse más o menos a horas quince de la tarde, con un repique de campanas de la Catedral Basílica de Catamarca, anunciando el gran suceso ocurrido.
Conmovedor y electrizante momento, que nos llevó de inmediato a encender radios y aparatos de televisión, y en cuanto a éstos, a tomar noticias por vía del canal nacional 26, y de la televisión de la República Bolivariana de Venezuela.
En mi casa y hogar nos abrazamos conmovidos con mi señora y esposa, viendo como subía a los cielos el anuncio de la fumata blanca que salía de los techos de la iglesia de San Pedro en Roma, Italia.
Así vimos los miles de personas de ambos sexos, hombres, mujeres, jóvenes y niños, agitando banderas y entonando cánticos de emoción y alegría allí en la Plaza de San Pedro, en tanto que las cámaras de televisión enfocaban y daban imágenes de los amplios ventanales papales, por donde se darían los anuncios oficiales del caso y aparecería la persona del nuevo Papa de la Iglesia de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.
Cuando todo ello se dio, a la vista de todo el mundo, no podíamos articular palabra por la emoción largamente contenida, y cuanto más al tomar conciencia que se había elegido al cardenal argentino Jorge Bergoglio, como el nuevo timonel de la Iglesia de Pedro, el primer Papa, y sumado a ello, que lo haría con el nombre Francisco!!!
Era demasiado fuerte y emocional...¡Cuánto más las ideas que nos sobrevenían!...Como la Virgen del Valle en su Patronato y presencia actuante desde su hallazgo en la gruta de Choya...como Fray Mamerto Esquiú, de la orden seráfica de San Francisco de Asís...con su causa abierta en Roma, en espera de su canonización, en tanto el pueblo creyente deposite en él su fe y esperanza mediadora, ante el señor Dios de cielos y tierras.
Allá en Roma...¡llovía!...casualidad, misterio...otro tanto sucedía cuando la tarde ya se ponía, aquí en la solariega ciudad de Catamarca...

Luis Alberto Cárdenas

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