Rezo por vos

sábado, 30 de marzo de 2013 00:00
sábado, 30 de marzo de 2013 00:00

El papa del fin del mundo tiene una tarea revolucionaria por delante. Reconstruir la iglesia. Renovarla, extirpar todos los pecados que le fueron quitando autoridad moral y espiritual. El papa Francisco es absolutamente conciente de eso y ya empezó a enfrentar esa tarea titánica con alegría y firmeza. Debe recuperar la luz de la esperanza. Y esa misión pastoral está atravesada de pequeños gestos y de grandes decisiones. Por eso en estas Pascuas, rezo por vos.
Al asumir nos recordó que el poder es servicio hacia los demás. Así cimentó su carrera de cura de pueblo pobre y así comenzó a dar los primeros pasos como papa de los zapatos viejos. Para llevar austeridad franciscana frente a la opulencia de lo aparente. Para levantar la belleza de la sencillez frente al lujo que ofende. Para que nadie se arrodille ni le bese el anillo. Para dejar las limusinas de lado y viajar en colectivos. Lo hizo siempre y no encuentra motivos para cambiar ahora. Estuvo en cada comedor popular de las parroquias, en las cárceles con los que sufren, al lado de los pueblos originarios, codo a codo con los curas villeros que custodian a los chicos más pobres atacados por el flagelo del paco y se transformó en un cruzado contra la trata de personas y el trabajo esclavo. Por eso en estas Pascuas rezo por vos.
Francisco, el papa celeste y blanco, ya vive en el corazón de los humildes y está instalado en la eternidad de la historia. Muy pocos imaginaron ver a un argentino y jesuita como jefe de 1.200 millones de católicos de todo el universo. Sólo los que no lo conocían se sorprendieron de verlo saludar a la gente desde un papamóvil descubierto, sin vidrios blindados para sentir el calor de todos. Para poder bajarse como lo hizo, para besar y bendecir cuerpo a cuerpo, para estar más cerca del pueblo, para estar más lejos de la soberbia, para bajarse de todos los altares y pedestales. Por eso en estas Pascuas rezo por vos.
Seguramente estarán preocupados los delincuentes que mancharon las sotanas con la corrupción y los negocios turbios de la banca vaticana. Seguramente no podrán conciliar el sueño los inmorales pedófilos que violaron chicos o los que los protegieron con un manto de silencio cómplice. Ya tuvieron una clara señal cuando el papa de los pobres tuvo la contundencia necesaria para echar a uno de ellos como Jesús expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalén. Espero que dejen de ser protegidos los Von Wernich y que se confirme que hay intenciones de beatificar al sacerdote Carlos Muriás, que fue asesinado por la dictadura. Era franciscano y lo había ordenado otro mártir de la iglesia de los pobres: monseñor Enrique Angelelli. Por eso en estas Pascuas rezo por vos.
Probablemente deberán ir buscando otro trabajo los que pusieron la iglesia al servicio de los frívolos del consumismo y los grandes negociados. Lo sabe Daniel, el canillita de la esquina de la Catedral que recibió el llamado del padre Jorge para decirle que no le llevara más el diario. Se sabe: Dios está en los detalles. Es increíble cómo el hijo de un ferroviario de Flores fue saludado y reverenciado por las más altas autoridades del planeta. Presidentes de potencias, príncipes, jeques, practicantes de todas las religiones, mandatarios de todas las razas, ideologías y colores. Francisco es un papa nuestro que trajo vientos de esperanzas.
Por eso en estas Pascuas rezo por vos. En estas Pascuas Cristo resucitado nos da una gran alegría, una firme esperanza y nos hace revivir aquellos primeros momentos de la experiencia del Cristo viviente en medio de sus discípulos. Es un tiempo que da una nueva vitalidad a la Iglesia, que hace florecer las semillas de la acción evangelizadora que debe perdurar en la Iglesia misionera. Seamos cataratas de energía positiva fabricadas por la fe, la esperanza y la caridad. Para que ayudemos al papa Francisco a refundar la iglesia que necesitan Cristo y el mundo para su salvacion.Por eso como joven adolescente en estas Pascuas rezo por vos y por todos nosotros. Felices Pascuas.

Lourdes Rodríguez

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