Correo y opinión
Ramón Rosa Páez; exfutbolista de correcta campaña
“Un amigo verdadero convierte tu tristeza en alegría y es por eso que siempre estará junto a ti. Un amigo verdadero te mira a los ojos, no te observa, te apoya, no te juzga, te habla de frente y no te lastima, está contigo en los tiempos buenos y en los malos, porque finalmente sabe que lo que cuida es una parte de sí mismo. Tener un amigo verdadero es como tener un tesoro. Quien tiene más de uno, ha multiplicado ese tesoro, el único que no se corrompe ni se destruye, porque está depositado en su propio corazón”.
(MIGUEL A.GONZÁLEZ –“TODO ES POSIBLE”. Un amigo verdadero. Pág. 33. Editorial Santa María. Buenos Aires Argentina. Año 2011).
El fútbol que practicó el Club Atlético Policial en nuestro medio- desde sus inicios hasta la década de los años ’90- se destacó por su sello inconfundible de un juego simple, sencillo y creativo, respondiendo a un particular esquema de alta categoría que lo demostró en todas las confrontaciones dentro de un campo de juego. Pelota bien jugada, pases a ras del piso, con constante apoyo al compañero mejor ubicado, firme en la marca “pegajosa” y “asfixiante”, ganador en la porfía aérea y contundente en la definición al concretar los goles en los arcos rivales. Estas aptitudes positivas las demostraron todos aquellos inolvidables jugadores de “Mi Viejo y Querido Poli” que hoy, poseído de un sentimiento cariñoso y de nostalgia, deseo rememorar.
Que estas humildes palabras sirvan como una sincera expresión de admiración que siento por un señor, mejor amigo y compañero, que tuve en aquellos años donde compartimos alegrías y tristezas defendiendo los prestigios bien ganados por el club de nuestros amores. Ese amigo al que evoco en esta oportunidad, se llama RAMÓN ROSA PÁEZ (79), el “Colorado”, popular mote como lo llaman sus amistades dentro del ambiente futbolístico de su barrio.
En efecto, el “Colorado” Páez, durante una entrevista que mantuvimos en su domicilio (17.04.13), nos brindó sus lindas experiencias conforme al siguiente relato:
“Mi campaña como futbolista se remonta a los años ’50, cuando jugaba para Club Defensores del Norte, tenía por compañeros a muchos valores de alto nivel, ubicando entre ellos a ese grande del fútbol lugareño como lo fue el admirable “Poroto” Cuello, a ese veloz puntero izquierdo de potente pegada, muy difícil de marcar, Mauricio Cancino y tantos otros. En la institución del norte cumplí una de las etapas más significativas de mi carrera, allí conquisté muchos amigos que me ayudaron a fortalecer mi identidad como jugador”-/ Seguidamente el “Colorado” Páez expresó: “Pasaron los años y al tomar contacto con amigos que tenía por el barrio La Tablada, me invitaron a fichar para el equipo “xeneize”, así lo hice, y me incluyeron como jugador (alternativo) suplente defensor en la línea de zagueros. En ese tiempo brillaba en el puesto de marcador central Nr.2, un muy buen valor que era “Pino” Rearte” / Luego dijo: “ Una vez incorporado a Policial, se sucedieron los campeonatos de la Liga Catamarqueña de Fútbol y “Poli” ganaba esa “seguidilla” de campeonatos hasta culminar ganando en forma invicta el torneo 1966/67, superando el “record” que había logrado aquel equipo de Racing Club que dirigía José Pizzuti en 1966, en donde yo también tuve la suerte de colaborar en la obtención de ese inolvidable galardón”.
“Cumplida mi campaña en Policial, tuve un llamado de los directivos del Club Sumalao para incorporarme a la primera división de los “orientales”. Así fue que gustosamente acepté dicha propuesta, coincidiendo con el ingreso del “Macetudo” Sigampa y vos “Pepe”. Así que fuimos tres jugadores que proveníamos del Club Atlético Policial, y que en el campeonato del año 1966/67 de la Liga Catamarqueña de Fútbol (primera rueda) cumplimos una descollante actuación grupal, estábamos “comandando” la tabla de posiciones.” / Luego añadió: “Siempre recuerdo aquel equipo que no se le “achicaba a nadie”, obteniendo los elogios del periodismo escrito de nuestro medio. Vaya para ellos mi sincera evocación: Moya (arquero), “Negro” y “Pancho” Avellaneda, L.Chazarreta, “Macetudo” Sigampa, Ponce, “Negrito” Oliva, Juan Sigampa, “Timón” Vergara, Rojas y a vos “Pepe” que siempre escuchabas mis consejos y te calmaba los “nervios”.
Tengo a mi vista un ejemplar del diario “La Unión” (de fecha lunes 29.05.67), en el cual se comentan las secuencias del partido que mantuvimos con el Club Atlético Sarmiento (Domingo 28 de mayo de 1967), donde el “Colorado” Páez cumplió una brillante actuación, así reza el comentario: “Valores. En Sumalao: destacó el sexteto posterior y muy especialmente Moya (arquero), Avellaneda y PÁEZ (zagueros), y Vergara (volante). Otra sorpresa que en cierto modo ha dejado de serla. Porque con Sumalao ya menudean. Antes con Policial. Ayer con Sarmiento. Salió tras el empate. Y lo consiguió. Un poco forcejeando, pero siempre con fuerza y deseos de hacer. “En síntesis: transpirando la camiseta. Para el que gusta de la exquisitez en fútbol, tal vez no haya sido mucho, pero a él le bastó”. (Ed.citada.Pág.8, transcripción textual).
Llegando al final de la entrevista, el “Colorado” Páez respondiendo respecto de una pregunta acerca de los grandes valores del fútbol lugareño del pasado que admiró, esto expresó: “En otros tiempos había en nuestro medio, muy buenos jugadores de diversos clubes con los cuales se podían conformar verdaderos seleccionados. Vienen a mi memoria y siempre los recuerdo, al “Patón” Cárdenes , “Negro” Libio Bustamante, “Yareta” Salcedo , “Coyoyo” Vega (de Sarmiento); Selvita Agüero, “Ratón” Nieto (de Tesorieri); “Poroto” Cuello, Mauricio Cancino (de Defensores del Norte); el “Mortadela” Burgos, Leopoldo Ponce, “Abulito” Ormachea, “Cotito” Mansilla, “Pino” Rearte, “Zuri” Gutiérrez, “Macetudo” Sigampa (de Policial); Carlitos López y Américo Ávila (de Villa Cubas), y muchos otros más que me deleitaron con su juego armonioso y contundente, eran verdaderos cracks”.
Así, con sencillas palabras y con mucho respeto para con el prójimo, el “Colorado” Páez se ha ganado el reconocimiento y estima de todos quienes lo conocemos como una buena persona, mejor compañero y amigo, además, como un jugador de alta jerarquía.
José “Pepe” Bustos