Armar el rompecabezas

sábado, 10 de noviembre de 2018 00:00
sábado, 10 de noviembre de 2018 00:00

Claves para el futuro proceso electoral

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué estamos en crisis?, ¿por qué se toman decisiones basadas en apreciaciones personales más que en certezas?, en fin, ¿por qué estamos en esta situación compleja? 

Sin atribuirme ninguna respuesta del “pueblo”, puedo decir que en nuestro país cada gobierno, cada transición política es un enorme rompecabezas que generalmente nos deja sin algunas piezas fundamentales para armar. 

Las ofertas electorales que debieran poner paños fríos a la situación coyuntural, avivan más el fuego. Ya no somos un modelo agro-exportador eficiente, tampoco tenemos una industria nacional capaz de producir, generar empleo, inversión y desarrollo. 

Hoy discutimos si debemos o no hacerle caso al mercado, al FMI y los grupos económicos poderosos, si debemos o no devaluar, si debemos atacar la inflación. Pero nos olvidamos de la política. Y en este sentido me refiero a la política no como una pasión desenfrenada y sin sustento, sino como una herramienta de trabajo para la transformación socio-cultural de nuestra sociedad.

Nuestro país y nuestra provincia en particular, atraviesan vaivenes complejos de los cuales ciertos sectores políticos alternativos no toman en consideración a la hora de generar propuestas concretas para dicha transformación. 

Las próximas elecciones, desde este punto de vista tendrán como resultado una oferta de candidatos con soluciones económicas mágicas, por lo menos es de esperar esto a nivel nacional, pero estarán lejos de considerar el contexto socio-político vigente, es decir no van tratar de generar propuestas concretas a las escaladas criticas de nuestra economía política, siempre eligen modelos supuestamente exitosos, lo ensayan, experimentan con la población, producen efectos negativos y posteriormente, piden disculpas por los errores cometidos, y vuelven al inicio del problema, cual si fuera el mito del eterno retorno.

Debemos entender que el neoliberalismo como modelo no es el preferido por los grandes grupos concentrados de la economía, ellos son conservadoras y proteccionistas, esta es la gran paradoja. El modelo, es exclusivamente para el dominio cultural de las clases populares. Por lo tanto, entender que el Estado es un problema (mucho déficit, muchos empleados, etc.) y no una solución nos aleja mucho más de opciones electorales capaces de encaminar la transformación real del país. 

Para dar una solución a lo anterior, hay que hablar de política, de ideas con convencimiento de las mismas, sin llegar a formar un conclave de dirigentes optimistas y felices, que se aplauden cada vez más y más fuerte, y empezar a hablar más de política y gobierno que siempre es conflicto obvio, pero también es la única alternativa de solución posible. 

Decir que todo está bien no sirve. Asumir constantemente errores que son marcados por los medios de comunicación tampoco sirve, porque estaríamos minando la capacidad ciudadana y la formación de una cultura política acorde a los patrones sociales que alguna vez tuvo nuestro país. 

Ante un escenario desfavorable, las chispas humeantes de dirigentes sin planteos, sin estructuras, sin vocación, sin ideas, en fin “sin política”, pero con hermosos videos e imágenes en redes sociales como solución para teledirigir un electorado que todavía sufre las secuelas de la crisis de representación, es irresponsable. Y demás está decir que la comunicación es más ineficiente allí donde se subestima el sabio entender de los ciudadanos, es decir, creer que son exitosos por mostrar y comunicar solo las acciones y eludir hablar de las omisiones.

Armar el rompecabezas, es pensar en un futuro no tanto dirigencial sino más bien político-ambiental. La ciudadanía elige gestión y administración eficiente de sus recursos públicos, pero también elige ser parte en la consulta primero y en la implementación después de políticas públicas, entendiendo esto no como la captación de recetas de deseos del publico sino como un esquema técnico capaz de incorporar al ciudadano a la función de producir dichas políticas. 

Entonces en este rompecabezas encontramos a nivel nacional, dirigentes que debemos votar que antes eran radicalmente contrarios a una forma de pensar la política, y ahora están a favor. En el mismo modo que en nuestra provincia se presentan cambios con viejos representantes, que nada tienen de formación política, pero convencidos en sus metas acomodaticias pregonan las mismas formas comunicativas de expertos en comunicación de dudosa rigurosidad científica para llamar la atención de un electorado con altos grados de desconfianza en la política. 

Por lo tanto, el rompecabezas quedará armado una vez que aquellos que se ofrecen monopolizando los medios de comunicación a través del uso excesivo del dinero para posicionar un candidato, entiendan que gobernar es más que comunicar cosas lindas, que las políticas públicas se diseñan muchas veces no pidiendo favores al pueblo, sino poniendo límites al desorden social y cultural al cual nos tienen acostumbrado. 

Una población mal informada y manipulada, termina siendo incapaz de armar un rompecabezas para elegir un candidato adecuado para su futuro. Esto implica que tomamos mayores riesgos los ciudadanos con altas probabilidades de elegir malos gobiernos, que los grandes grupos financieros y empresarios que siempre calculan el riesgo y producen grandes beneficios económicos por asumirlos. Por esta sencilla razón tenemos que entender que los riesgos en una sociedad, siempre deben ser compartidos. 

David Peralta
Politólogo y Magister 
en Administración Publica
 

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Comentarios

10/11/2018 | 16:42
#149006
En EEUU cuando alguien dice un largo speech sin aclarar nada le dicen: pure hot air. No dice nada el periodista. Hay 2 o 3 posibles: Macri que viene como pato cuollo ca tras ca. CFK si se salva se ir presa, dando a sus seguidores la posibilidad de votarla en primera vuelta. Y un tercero en discordia, CAPAZ DE IR A BALLOTAGE o segunda vuelta que son: Sergio Massa, Lousteau o Schiaretti ¡ si se anima!

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