Las chinas y los chimpancés

Por Rosa Montero.
viernes, 9 de marzo de 2018 00:00
viernes, 9 de marzo de 2018 00:00

Leo que las autoridades chinas decidieron tomar medidas para proteger y conservar el nushu, que es un lenguaje fantástico, probablemente el único del mundo en su especie, porque fue inventado hace más de un milenio por mujeres analfabetas y sólo para usarlo entre ellas, a modo de protección frente al brutal machismo de la sociedad china tradicional.
Para hacernos una idea de las durísimas condiciones de vida que soportaban las mujeres orientales, basta con recordar la antigua costumbre de vendar y deformar los pies de las muchachas, convirtiéndolas en tullidas; o que el infanticidio selectivo (el asesinato de niñas) sigue siendo una realidad en ese país, pese a que en la actualidad está prohibido. De hecho, China es el único lugar del planeta en donde la proporción demográfica natural está dada vuelta: allí hay un 51 por ciento de varones y un 49 por ciento de hembras. Y para corregir de este modo la presión biológica en un país de 1.200 millones de personas hace falta matar a muchas niñas.
En ese entorno enemigo nació el nushu y floreció durante muchos siglos pero, ahora, como la situación ha mejorado, ya no es tan necesario y se encuentra cercano a la extinción: sólo lo conocen unas cuantas campesinas muy ancianas. Me alegra la noticia de que van a hacer lo posible por conservarlo: sin duda es un tesoro de la humanidad. Porque no se trata de un simple lenguaje, sino que es una caligrafía secreta, una escritura críptica con más de dos mil signos. Es decir, es una construcción abstracta complejísima que inventaron mujeres analfabetas. ¿Y por qué no estaban alfabetizadas, siendo tan inteligentes como sin duda eran? Por machismo, por supuesto: a las mujeres chinas, salvo a las de altísimo rango, no se les enseñaba a leer ni a escribir. 
Me conmueve y me maravilla esa revolución callada y fiera, esa orgullosa proeza intelectual: puesto que no se les permitía aprender a leer, inventaron su propia escritura. Y tuvo que ser un sistema bueno y eficiente, porque duró muchos siglos y se extendió por toda la provincia de Hunan. Qué no hubieran hecho esas mujeres de haber recibido una mínima educación.
Siempre me han conmovido extrañamente las historias de esos lenguajes que sólo son entendidos por unos pocos. Y me aterrorizan aquellos relatos en los que alguien intenta explicarse pero nadie le entiende. Como sucedió, por ejemplo, con la pobre Lucy, la chimpancé. Lucy fue educada en Kenia dentro de la familia de unos biólogos. Vivió desde bebé con ellos, dentro de la casa, y le enseñaron a comunicarse con el lenguaje de signos de los sordomudos, una forma de expresión que muchos otros primates han aprendido. Porque, como dice la paleontóloga Meave Leakey, los simios no hablan porque carecen del aparato fonador adecuado, pero sin duda poseen la capacidad del lenguaje dentro de sus cabezas; si se le dice a un chimpancé: anda a la cocina, abre la heladera y come una banana, el animal va a la cocina, abre la heladera y come una banana. Y, al regresar, puede que te diga por medio del código de signos: “Estaba muy rica, muchas gracias”.
La chimpancé Lucy, en fin, vivió los 20 primeros años de su existencia con su familia de biólogos. Pero luego cambiaron de empleo, tuvieron que regresar a Londres y dejaron a Lucy en África. Muchos años después, un profesor inglés especializado en discapacitados estaba visitando Kenia y entró en un parque zoológico; y allí encontró, metida en una jaula, a una chimpancé que se pasaba el día haciendo gestos furiosos a todo el mundo. El profesor se acercó a los barrotes y de repente se quedó espantado: no eran gestos furiosos, sino la repetición frenética de una frase en el sistema de signos de los sordomudos. “Sácame de aquí”, decía; “sácame de aquí”. Era Lucy. Debía de llevar años y años hablando a todo el mundo sin conseguir que nadie la entendiera. Esta historia, absolutamente real, es para mí una de las más horribles que jamás me han contado.

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Comentarios

9/3/2018 | 10:11
#149006
...un 51 por ciento de varones y un 49 por ciento de hembras... HEMBRAS?..y si...para ir contra el machismo hay que comenzar por casa

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