Opinión
Intranquilidad en la cámara de Diputados…y algo más
Si bien el tema se circunscribe al ámbito legislativo, para su comprensión no es más que un eslabón de una larga cadena.
Intranquilidad, aflicción, inquietud en la cámara de Diputados ante el rumor de nuevas y mayores bajas en la planta de empleados, además de recategorización para que el trabajador perciba un salario menor.
Agigantada la zozobra, después de que el presidente de la Cámara afirmara que se contaba en el presupuesto la previsión para nombrar 193 agentes nuevos, si agregamos las bajas políticas en empleados y la escuálida alta o nombramientos, nos encontramos ante un recorte espectacular. De una simple ecuación matemática, resulta un “ahorro” de $5.000.000 a $7.000.000 mensuales. ¿Cuál sería el destino del dinero? “Gastos para la política”. ¿Por qué? ¿Será cierto? Sacrificar salarios de trabajadores a favor de un proyecto familiar inconducente, mostrando el látigo, intentando disciplinar, abusando de necesidades y carencias.
Dicha preocupación se trató de hacer extensiva al presidente, al que nunca se encuentra en su despacho, haciéndose acreedor del récord de tener hasta el presente más días de licencia que los trabajados en la función a la que fue asignado, ya que prefiere no atender empleados legislativos o interesados en cubrir esos cargos resultantes de sus promesas, además de los tres meses promedio que le lleva decidir simples cuestiones por verse desbordado, apatía que desaparecería ante lo personal o familiar.
Esa insensibilidad social no casual trataría de priorizar un proyecto meramente familiar, cuya sintonía o frecuencia pretendería quedarse y por más legal que sea, con bienes de la comunidad.
CAPITAL DEPORTIVO: Club Montmartre. Se justificó su compra venta con la ilusión de vigorizar la actividad deportiva, hoy inexistente. Contar con comisiones deportivas llena de incapaces y vivillos que, mostrando inactividad, condiciona y pone precio a su venta, cuando el objetivo de quienes le dieron vida pasó por la integración barrial, contención a niños para alejarlos de las calles, actividad física para su salud, entre otros tantos objetivos.
Pero hoy no vemos nada, a menos que sea desolación, descuido, inactividad. Con el agravante de un avasallamiento que tomó sus canchas de tenis para estacionamiento del proyecto comercial.
SOCIEDAD ESPAÑOLA. Ícono social de esta comunidad. Testigo materialmente viviente (hasta su demolición, que no fue impedida) de fiestas, bautismos, casamientos, despedidas, fiestas de fin de curso, actos políticos etc., etc. Lugar en donde una comunidad se manifestaba, expresaba, socializaba.
Esto se relaciona con un accionar municipal que, por un lado, declara patrimonio arquitectónico y cultural exento del pago de impuesto municipal a determinadas propiedades limitando su explotación comercial y que, vergonzosamente, pese a ello, el municipio cobra el citado impuesto en otras instancias. Ejemplo: reclamo efectuado en expediente HD-01975-D-18, poder de policía que sienten algunos contribuyentes y hace agua cuando del interés familiar se trata al no controlar. Ese poder de policía se incluye en el patrimonio “arquitectónico cultural” extrafamiliar impidiendo su destrucción, so pena de la aplicación de extraordinaria y onerosa multa.
AVASALLAMIENTO CULTURAL: Monumento a los caídos en Malvinas.
Cuando un hombre conoce los sucesos de las generaciones pasadas, parece que ha vivido desde el comienzo de los siglos. El pasado está en todas partes. A nuestro alrededor encontramos formas que, al igual que nosotros y nuestros pensamientos, tienen antecedentes más o menos reconocibles. Reliquias, historias y recuerdos cubren la experiencia humana. A la larga, todas las huellas particulares del pasado acaban pereciendo; sin embargo, si las consideramos de forma conjunta son inmortales. Da igual si lo celebramos o lo rechazamos, si le prestamos atención o lo ignoramos: el pasado se encuentra omnipresente.
“Los monumentos del pasado no nos pertenecen”, decía Ruskin. “Pertenecen en parte a los que los construyeron y en parte a todas las generaciones de la humanidad que nos han de seguir”, completaba.
Por ello son las generaciones contemporáneas las obligadas a conservarlos para que los hombres que vengan después de nosotros puedan leer esos vestigios y nuestro modo de entenderlos.
Esta avaricia, sumada a presuntos proyectos Liga de fútbol, desfinanciamiento de OSEP o en carpeta como escuelas shopping, voracidad que debería ser monitoreada e impedida por los diputados y organismos de control respectivos, sean o no internos, con auditorías, pedidos de informes o resoluciones u ordenanzas, etc., poniéndonos alerta no sólo en lo social, cultural o deportivo, además de la preservación de fuentes de trabajo, para todos aquellos a los que asiste el derecho constitucional de tener uno.
Cuando se vive en una burbuja, no se puede ver con claridad la realidad y generalmente uno se vuelve más insensible, aumentado una brecha que, alejada de lo político, tiene más que ver con la precariedad e indigencia. Cuando se persiste por acción vivir en esa burbuja, éstas se tornan temerarias, privilegiando un modelo familiar a uno social o político.
Los actos del ser humano son por acción u omisión, la acción demostrada en lo cultural, social, deportivo. La inacción referida a la presunta manipulación salarial, créame que la aleja de la gente o del poder.
Sergio Alejandro R. García
Abogado
MP 1134