Sobre el aborto

miércoles, 15 de agosto de 2018 00:00
miércoles, 15 de agosto de 2018 00:00

Sr. Director
 
El miércoles pasado asistimos a una sesión bastante particular en el Senado de la Nación.

A lo largo de 12 horas los argumentos más inusitados se mezclaron con una diversa exposición de datos, experiencias e interpretaciones a favor y en contra de la constitucionalidad de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Hombres y mujeres de todas partes del país estaban decidiendo si las mujeres en Argentina podíamos o no ser un poco más autónomas.

Lo vasto de los argumentos nos dejó conformes, enojados, sorprendidos y perplejos según el caso. Si algo quedó claro es la amplia gama de representantes que tenemos en la Argentina. Si la democracia se mide por la diversidad, podríamos decir que estamos excelentemente representados.

Sin embargo, diverso no necesariamente es sinónimo de calificado. La senadora Cristina López Valverde, de San Juan, no tuvo reparos en sincerarse al respecto antes de la votación: “No leí el proyecto”, aseguró antes de anunciar su voto negativo.  

Grandes expectativas giraron alrededor de las decisiones de los legisladores por Catamarca en las últimas semanas. El primero en anunciar su voto fue Oscar Castillo. Los grupos verdes se mantuvieron expectantes del resto de sus representantes. Sin muchos rodeos, dos semanas antes de la votación fue Dalmacio Mera el primero en anunciar su voto negativo. La senadora Blas, una de las últimas indefinidas, lo hizo una semana antes de la votación.

Tras el anuncio de Castillo, el clima local comenzó a tensarse al punto de que grupos fanáticos encabezados por autoridades de Colegios confesionales locales llamaron abiertamente a votar en contra de quienes acompañen la iniciativa de la IVE.

Con el correr de los días, lo que venía siendo una manifestación pacífica en las calles y en las redes, se convirtió en una batalla campal plagada de descalificaciones, en la que no faltaron espacios pagos en los medios presionando hasta a la mismísima Gobernadora de la Provincia con fotos non sanctas de urnas electorales.

Y es que los grupos fanáticos no entienden de razones. El maniqueísmo invadió la discusión, y ya no hubo posibilidad de análisis. Buenos o malos, pro vida o pro muerte. A eso se redujo el argumento dogmático, preocupado por mantener el status quo a como dé lugar; aunque eso signifique dividir a los catamarqueños, que aunque con posiciones contrapuestas, veníamos manteniendo la discusión en un campo de prudente tolerancia.

Sentados en sus bancas el 8 de agosto, por Catamarca habló primero el senador Mera, que inició con elogios a Fray Mamerto Esquiú, para después lanzar que “Si encima a los pobres, que desde que volvió la democracia no le podemos llevar luz, no le podemos llevar agua, no le podemos dar educación de calidad, no le podemos dar seguridad, no le podemos dar salud, ir a decirles tengan cuidado no tengan hijos…”. Para Mera los hijos de los pobres vendrían a ser una suerte de servicio público no previsto y su descendencia una herramienta de dignidad que el Estado no está en condiciones de otorgarle.

Gran argumento el de Mera: los hijos de los pobres son necesarios, vienen a cubrir con nuevas necesidades su indigencia. Y a asegurarles que no salgan nunca de ahí, porque la pobreza se hereda*. Cuantos más hijos tenga una familia pobre, más se extiende el espiral de la pobreza y más difícil le será salir de tal situación.

Casi al final, una curiosa interpretación de un segmento de “La Hembra Humana”, debiera quizás ser revisada por los estudiosos de Franco.

Siguió por Catamarca la presidenta de la Comisión Permanente de la Banca de la Mujer, Inés Blas.

Al comienzo ocupó buena parte del tiempo de argumentación para contarle a todo el país acerca de los ataques que recibió durante las últimas semanas, ataques de los que no se han conocido ningún tipo de denuncias hasta el momento, sin embargo para Blas ameritaba mención.

Blas ya había anunciado su voto, pero grande fue nuestro asombro al escuchar los equívocos que presentó como argumentos: “¿No creen que esta situación, someterse a un aborto, puede servir para limpiar el honor de un abusador?”, lanzó Blas.

Lo lamentable del argumento, que para algún escucha distraído puede pasar como una verdadera preocupación, es que indica a las claras un verdadero desconocimiento de los protocolos para menores y de acceso a la ILE (Interrupción Legal del Embarazo).

Según el razonamiento de Blas, una niña violada debe parir necesariamente, para no esconder el cuerpo viviente de su ultraje. Las mujeres debemos seguir sometiendo nuestros cuerpos a la negligencia del Estado para crear políticas públicas que nos amparen.

Castillo, por su parte, reafirmó su voto positivo, habló de “la belleza de lo laico” y con eso predijo la discusión que se viene.
Al margen de los aciertos o desaciertos de uno u otro discurso, a favor o en contra, primó en el debate la cuestión religiosa. Es sorprendente cómo en pleno siglo XXI aquello sigue signando las decisiones más trascendentes. 

Más allá de conceptos que como ciudadanos esperamos que nuestros representantes revisen seriamente (nos lo deben), creemos que la reafirmación de un Estado plenamente secular permitiría sin dudas analizar los temas que atraviesan a la sociedad de manera mucho más limpia, sin tintes dogmáticos que nublen las consideraciones, cuando las respuestas deben alcanzar con mayor fuerza a las minorías desprotegidas.
 
* Según FOESSA, (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), el 80% de los niños pobres, lo serán de adultos.

Atentamente

“Las Eulalias” / comunicadoras feministas catamarqueñas.

María Paula Chico Tapia DNI 31162742
Patricia V. Burgos Bustamante 
DNI 28.482.786
Alejandra Saravia. DNI 23.823.567. 
Laura García DNI 27.155.736
Gisele Brizuela DNI 31814812
Elda Erika Barrionuevo DNI 25746342

 

18%
Satisfacción
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Esperanza
72%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
9%
Indiferencia

Comentarios

20/9/2018 | 10:11
#149005
Todas las firmantes pertenecen a las eulalias, grupo periodistas femiistas fanaticas, anticlericales y ateas. Fueron las primeras en llevar la discusion al extremo y hablar sin fundamentos cientificos, solo dominadas por la ideologia del genero. Critican a la Iglesia y visten a la Virgen del Valle de verde y hablan de tolerancia. No tienen autoridad moral aunque tengan llegada a los medios. Su fanatismo es tan irracional como los dogmas eclesiales.

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