Correo y opinión

El corazón del Padre Esquiú

jueves, 10 de enero de 2019 00:00

¡Hola! ¿Cómo están? Soy el Corazón que latía en el cuerpo del Ilustre Fraile Franciscano llamado Mamerto  Esquiú, lo acompañé  durante 57 años; misionando, socorriendo a los más necesitados y enfermos, llevando amor, fe y esperanzas por caminos y senderos inhóspitos. Estuve  en los momentos más difíciles de mi Patria, latiendo con fuerzas cuando pronunciaba el Sermón, pidiendo respeto por las leyes.
También cuando tuvo que viajar lejos de su hogar, en Tarija, lloré  junto a Él.
No cabía en su pecho latiendo cuando lo nombraron Obispo de Córdoba
Así seguí con él hasta que en  la lejana Posta del Suncho dejé  de latir.
Cumpliendo con el deseo de Mamerto me quedé en Catamarca, siendo cobijado por los frailes que lo vieron crecer y ordenarse como sacerdote.
Una mezcla de dolor; tristeza y alegría me embargó cuando aquel joven me sacó; tal vez una broma, un juego... no sé... sólo sé que después de muchas oraciones de mi pueblo, un albañil me encontró en el techo del convento.
No puedo olvidar cuando escuché al Padre José Paz de que me restaurarían y me dejarían hermoso para volver a mi hogar en Piedra Blanca, donde pasé mis mejores años con mis padres y hermanos. 
Así partí en caravana junto a la Morena del Valle... ¡Qué emoción! ... volver a ver a mi pueblo que se engalanó y muy feliz me recibió.
Conociendo a Mamerto no le hubiera gustado, pero mi pueblo es así.
Hoy  no  sé donde estoy, sólo sentí unas manos, en ellas percibí maldad, locura, demencia, me arrojó en un lugar oscuro causándome el dolor más grande.
Pero a pesar de todo sigo protegiendo a mi amada Catamarca, junto a Mamerto quien desde el cielo los bendice.
¡No me abandonen! Recen por mí y por Mamerto para que llegue a los altares.

Autor: Víctor Fermín Cuello -Gringo - DNI 8.041.624 – JJ Paso s/n – San José- Piedra Blanca – Fray Mamerto Esquiú-Catamarca
 

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