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¿Pueden las hormonas afectar nuestro estado de ánimo?

jueves, 10 de octubre de 2019 00:36
jueves, 10 de octubre de 2019 00:36

Está claro que somos más que un cuerpo físico, pero es importante conocer la química de nuestro organismo para entender el porqué de muchas reacciones emocionales. ¡Las famosas hormonas! Ellas cumplen funciones claves en nuestro cuerpo a la hora de comer. Son reguladoras de muchas reacciones y terminan condicionándonos y afectándonos en muchos sentidos.
Lo vamos a hacer fácil y las vamos a dividir en tres grupos: hormonas de la “felicidad”, hormonas del “estrés” y reguladoras del hambre y saciedad. Dentro de las hormonas de la felicidad encontramos a las endorfinas, serotoninas, dopaminas, y oxiticionas. Después tenemos a la famosa hormona del estrés: el cortisol y a las hormonas del hambre y saciedad: leptina y ghrelina. La idea con esta columna no es hacer una introducción de una clase de bioquímica solo contarles ¿por qué son tan importantes en nuestro cuerpo?

• Dirigen muchos procesos corporales.

• Modulan la reacción de nuestro cuerpo ante la ingesta de alimentos (regulan hambre y saciedad: la ghrelina y la leptina por ejemplo).

• Guían el metabolismo.

• Y el que más nos interesa acá que es que afectan el estado de ánimo.

Cuando nuestro cerebro no está recibiendo el apoyo que necesita para producir los químicos cerebrales esenciales que nos mantienen energizados, calmados, concentrados, inspirados y felices es muy probable que encuentre en la comida esta sensación de calma, placer y liberación de forma instantánea. Si el cortisol está aumentado y la dopamina disminuida, se genera una sensación de infelicidad, desmotivación, baja concentración, y es un coctel perfecto para tener un comportamiento adictivo con respecto a la comida.Cuando hay un desequilibrio químico en el cuerpo, no hay fuerza de voluntad humana en el mundo que pueda con él.
Esto suele suceder ante situaciones emocionales negativas como son el estrés, el enojo, la bronca, la tristeza, la soledad, el miedo y el cansancio, donde el cortisol aumenta de manera significativa, la dopamina y demás hormonas de la felicidad disminuyen y aquí es donde se produce o da inicio a cualquier comportamiento adictivo. Si nosotros tenemos nuestro circuito armado donde ante cualquier situación que genere emociones negativas nos calmamos con comida seguramente acostumbremos a nuestro cerebro a esa actitud: emoción negativa = comida=calma=placer=hormona de la felicidad. Obviamente que la sensación de placer es cortoplacista y le sigue una sensación de malestar, culpa y angustia porque:

1) el problema sigue estando

2) porque creemos no tener la suficiente fuerza de voluntad para cambiar. Es muy frustrante.

Entonces, lo principal es entender que debemos reprogramar nuestro cerebro para encontrar esa calma y placer en otras acciones que no sean comer. En cuestiones prácticas podemos ayudar a nuestro cuerpo haciendo distintas acciones:

1) Vigilando consumo de azúcares: especialmente fructosa que disminuye mucho la leptina (H. hambre).

2) Dormir mínimo 8 horas: la falta de sueño genera niveles bajos de leptina. El magnesio, el triptófano (precursor de la serotonina) son fundamentales. Agregar a la alimentación diaria.

3) Evitar restricciones calóricas: Chau dietas.

4) Agregar Omega 3 como suplemento diario: ayuda a disminuir el hambre, mejora niveles de leptina y la transporta al cerebro.

5) Ejercicio regular: actividad física, yoga, meditación: ayudan a disminuir el estrés. El ejercicio diario es el productor número 1 de endorfinas.

6) Evitar glutamatos: Son los saborizantes. Nos hacen comer más y eliminan la señal de leptina. Fueron creados para generarnos adicción. Suelen estar en muchos alimentos procesados y sobre todo comida rápida.

Para que “no te comas tus emociones”, se realizará el 2 de noviembre un taller de experiencias bajo esta consigna, con los objetivos de generar conciencia de la palabra dieta incorporando como nuevo concepto la “pauta alimentaria-alimentación saludable” que incluye un equilibrio entre acciones congruentes que apuntan al disfrute de la vida.

María José Villanueva y Florencia Brunello
Licenciadas en Nutrición

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