La obsesión de la cultura pop por clasificar, rankear y categorizar fenómenos culturales es materia de debate en estos días: el cierre de los 2010 apura discusiones.

Si la década se abrió en enero de ese año con el propio Steve Jobs exhibiendo la primera iPad, dos aplicaciones lanzadas meses antes durante 2009, Uber y WhatsApp, marcaron no solo la consagración de los smartphones y las apps, sino también la obsesión por las calificaciones, y sintetizan cambios en la comunicación, el transporte y los negocios en la década.

La expansión internacional de los servicios de streaming pago como Netflix y Spotify alteró el consumo de series y canciones... ¡que ahora pueden ser más fácilmente listadas!

Como resumía una reciente nota en The Atlantic titulada justamente “La experiencia humana, rankeada”, esta es una de las consecuencias inesperadas de la revolución de internet. Acaso una de las más importantes de los 2010.