Correo y opinión

Veraneo de las lenguas

domingo, 3 de marzo de 2019 00:50
domingo, 3 de marzo de 2019 00:50

El verano de 2019 está por terminar y, como suele suceder a cada fin de temporada, comenzarán a circular cifras, estadísticas, crónicas y artículos que pretendan hacer un balance desde el punto de vista de la economía, el consumo y el comportamiento económico de los veraneantes. También quedarán, por supuesto, en el recuerdo las historias, experiencias y sentimientos que serán atesorados en la memoria individual y colectiva de la gente.
Sin embargo este verano posee un rasgo notable que tal vez pocos hayan podido registrar: una gran cantidad de personas decidieron en 2019 dedicar su verano al aprendizaje de un idioma extranjero.


La cifras del Centro Universitario de Idiomas (CUI) así lo confirman. En este año más de 4500 alumnos se han inscripto a algún tipo de la variada oferta de cursos del CUI. La cifra se eleva a más de 5000 si tenemos en cuenta los cursos online. Esos números significan un incremento del 50% de la matrícula promedio de cada verano en los últimos años. 


Si bien el crecimiento de alumnos se puede ver en todos los idiomas los números más significativos se encuentran en lo que en el CUI denominan “los seis grandes”: inglés, francés, portugués, italiano, chino y alemán, con el idioma inglés liderando las estadísticas como siempre.


Este dato que a simple vista no parece novedoso, lo es si tenemos en cuenta que durante el año la tendencia había sido inversa, es decir que el crecimiento se destacó particularmente en los idiomas “no tradicionales”, principalmente coreano, japonés y lenguas originarias. 


La explicaciones de este fenómeno son variadas. En primer lugar es la continuidad del proceso de crecimiento de la matrícula que viene sucediendo hace ya algunos años, especialmente en el idioma inglés. El hecho de que este verano, de la mano de la crisis o la incertidumbre económica, una gran cantidad de gente permaneciera en Buenos Aires en lugar de algún destino turístico provocó que muchos de ellos aprovecharan sus vacaciones o una disminución en el ritmo habitual de trabajo para dedicar su tiempo a la formación personal. Esta suele ser también una conducta clásica en tiempos difíciles: los asalariados hacen valer sus ingresos invirtiendo en educación o capacitación. Ante esa decisión, los idiomas “tradicionales” o considerados como más importantes para la formación cultural o la capacitación profesional se llevan las palmas.


En la Argentina el interés por adquirir o aprender otro idioma es un rasgo distintivo de la sociedad, casi un hábito cultural único en la región. Por ello, no resulta extraño que, al igual, que cualquier otro rasgo cultural, se mueva y modifique al ritmo de los cambios, vaivenes y conductas que atraviesa la sociedad en cada coyuntura. 

(*) Director General del Centro Universitario de Idiomas (CUI).

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