Correo y Opinión

Nuevos beatos mártires en la Iglesia Católica

lunes, 29 de abril de 2019 00:32
lunes, 29 de abril de 2019 00:32

Por Fray Martín Bitzer (*)

Nuevos beatos mártires en la Iglesia Católica. Se trata de cuatro mártires, es decir testigos de la fe, que la Iglesia declaró beatos, pues reconoce que han sido asesinados por odio a la fe católica y que se han entregado a la muerte libre y voluntariamente como Jesús.

Sus nombres son: Wenceslao Pedernera, nacido en San Luis, laico, padre de familia, catequista y campesino; Carlos de Dios Murias, sacerdote franciscano conventual, nacido en Córdoba; Gabriel Longueville, de origen francés, sacerdote misionero, y Monseñor Enrique Angelelli, de origen cordobés, obispo de La Rioja.

Angelelli fue el primero en llegar a La Rioja en 1968, como obispo titular de la Diócesis homónima. Con su lema episcopal de “Justicia y paz”, se proponía seguir las orientaciones del Concilio Vaticano II, en el que él mismo había participado.

“Con un oído al Evangelio y un oído al pueblo”, como él solía decir, llevó adelante una pastoral de conjunto, que involucraba a todos los miembros de la comunidad riojana: obispo, sacerdotes, religiosas, religiosos, misioneros, laicos, maestros y campesinos, etc. El respeto por la cultura riojana, con su historia, tradiciones, expresiones de fe popular, y por cada persona en particular, hizo posible que todos ellos se sintieran partícipes de una misma acción pastoral y de una comunión entre todos ellos sin precedentes.

Longueville llegó a La Rioja en 1971 y al poco tiempo se le encomendó la Parroquia “El Salvador”, en Chamical, donde años más tarde, en 1976, iba a recibir la ayuda del joven fraile y sacerdote Carlos de Dios. Ambos, en plena comunión con el Obispo y la pastoral de la Iglesia riojana, fueron anunciando el Evangelio y denunciando los atropellos hacia las personas más vulnerables, entre los que se encontraban, por ejemplo, los hacheros, los campesinos y las empleadas domésticas (con sueldos de miseria y condiciones de vida muy dura).

El laico Wenceslao completó el pequeño grupo de mártires, quien junto a su mujer y sus tres hijas, procedentes de Mendoza, se comprometieron con el Movimiento Rural Diocesano (que incluía a maestras y campesinos) poniendo en práctica el hermoso ideal del cooperativismo.

El evento martirial de los cuatro estuvo enmarcado en un contexto de persecución y de represiones violentas y sangrientas que azotó a varios países de América Latina. La finalidad que se proponían los regímenes presidenciales o militares de los años ‘70 y ‘80 era eliminar todo tipo de protesta y disidencia y destruir mediante la denominada “Guerra sucia” la así llamada “subversión”, en la que confluían no solo grupos de guerrilleros de inspiración marxista (que hicieron mucho daño y mataron a mucha gente), sino también todo tipo de oposición cultural, política, religiosa, sindical, universitaria, que involucraban a amplios sectores populares y a agentes pastorales con una clara motivación de fe religiosa, quienes no compartían obviamente los métodos violentos de los primeros.

¿Por qué beatos?. Beato significa “bienaventurado” o “feliz”. Ellos son felices porque han llegado a la meta a la que todo cristiano está llamado, es decir, al encuentro definitivo con Dios y con todos los santos en la fiesta del Cielo.

¿Cómo llegó la Iglesia a esta certeza?. Lo hizo a través de un riguroso proceso o causa jurídico-canónica que, como todas las causas de este tipo, tuvo su comienzo en la “fama de santidad o de martirio”, que se extendió entre los fieles desde el primer momento acerca de la muerte sufrida por los Siervos de Dios, a causa de su fe. Y, como toda causa, ésta también tuvo sus dos fases. En la primera fase, la Iglesia recogió todas las pruebas documentales y testimoniales, a favor y en contra; en la segunda, la Congregación de las Causas de los Santos estudió dicho material, presentado de manera sistemática (con los argumentos y pruebas correspondientes) e hizo llegar el resultado positivo de dicho estudio al Papa Francisco, quien lo avaló, autorizando la publicación del “Decreto sobre el Martirio” (junio de 2018), con lo cual los reconoció como auténticos mártires. Luego, se definió la fecha y el lugar del rito de beatificación, que se celebró en la Misa solemne, el pasado sábado 27 de abril, en el Parque de la Ciudad de La Rioja. 


(*) Vicepostulador de la causa de beatificación de Monseñor Enrique Angelelli; los sacerdotes, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera, conocidos como los mártires de Chamical.

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