Correo y opinión

Acompañar al empleado

viernes, 3 de mayo de 2019 00:34
viernes, 3 de mayo de 2019 00:34

Las tendencias en el mundo corporativo indican que el recurso más valioso que tienen las empresas son sus empleados y, en este sentido, crear un buen ambiente laboral es clave para su desarrollo profesional y personal. 


Uno de los principios que debemos tener en cuenta para construir estos espacios amigables de trabajo es el principio indiscutible de la igualdad de género. Una adecuada gestión de la diversidad convierte las diferencias en una fuente de oportunidades. 
Como parte del compromiso por aceptar y revalorizar las diferencias, cada vez más compañías inician procesos de construcción de una cultura inclusiva que propician ambientes de trabajo saludables y motivadores. 


Sin embargo, no podemos estar ajenos a una realidad que acontece como sociedad y que lamentablemente puede afectar a nuestros colaboradores: la violencia de género. 


En la Argentina, las cifras son alarmantes: una mujer muere cada 30 horas víctima de violencia de género, y en todo el mundo, una de cada tres mujeres sufre alguna forma de violencia por el sólo hecho de ser mujer. 


La lucha para erradicarla es muy compleja y demanda la intervención de diversos organismos y sectores, incluido el privado. La confianza es el motor principal para un cambio hacia una cultura más diversa al interior de las empresas. 


Si un colaborador es protagonista de un hecho de violencia y lo denuncia o un tercero sabe que otro compañero está viviendo una situación así, es importante que como compañía iniciemos un camino de acompañamiento para enfrentar juntos este flagelo que se expande inexplicablemente en toda la sociedad.


En este camino, el reconocimiento de este tema por parte del ámbito privado ya es un paso hacia delante, pero también hace falta su formalización, crear acuerdos, políticas y protocolos que le den un marco oficial a este compromiso de ayuda. 
El fin único que es apoyar al denunciante de todas maneras que están al alcance: promover actividades de prevención y formación, estimar la necesidad de ayuda económica, considerar y gestionar la reubicación laboral si es que fuese necesario y otorgar permisos especiales para no asistir a sus tareas, siempre resguardando el derecho a la privacidad tanto de la víctima como de su grupo familiar.


En esta línea, a modo de ejemplo, en marzo de este año, con motivo del Día Internacional de la Mujer, en La Caja firmamos junto a la comisión gremial un “Protocolo para la Prevención e Intervención ante Situaciones de Violencia Doméstica”.
Creemos firmemente que cada uno desde su lugar en la sociedad, hace la diferencia para crear ambientes de trabajo más amigables que aseguren el desarrollo de capacidades y oportunidades iguales para todos. 

(*) Licenciado en Administración (UBA). 
Director de Recursos Humanos de La Caja.

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