Opinión

El rostro de América

jueves, 19 de noviembre de 2020 15:00

EL ROSTRO DE AMÉRICA

La imagen me impactó; Jujuy y Bolivia.

Tomo esos puntos geográficos porque bien los podría identificar como partes del corazón originario de esta Suramérica, de esta UNASUR siempre intentado ser la GRAN NACIÓN soñada por Túpac Amaru, Miranda, San Martín, Bolivar, Belgrano; sin poder lograrlo aún.

Un presidente –Alberto Fernández- y un ex presidente –Evo Morales-, comenzaron a desalambrar fronteras.

Desde el domingo 8 de noviembre del 2020, y aun con sus pueblos padeciendo otro ataque virósico externo –como en aquel pasado en que otros virus traídos por la conquistas hicieron estragos en los pueblos originarios de esta América-, ese corazón volvió a latir dando señales de que Suramérica está viva.

Lo que más me impactó fue la imagen de Milagro y Evo que ilustra este texto. Evo y Milagro, el rostro de América; moreno, límpido, que de vez cuando, y a fuerza de mucha lucha contra esa opresión extranjera que con cipayos cómplices adentro, saquea sus tierras y despoja de dignidad a  pueblos originarios hasta hacerlos padecer todo tipo de humillaciones,  asoma de vuelta. Obstinadamente le disputa una cuota de poder a quienes con amañados procederes intentan impedírselo; incluso aceptando y jugando con las reglas de convivencia política impuestas por la colonización cultural para entrar en la categoría de “gente civilizada”.

Rostros con profundas pero cristalinas miradas que solo revelan  diáfanos sentimientos de amor por el igual; apego que nace del respeto por el disfrute de ese "Estar" americano rescatado por Kusch que le permitió  cultivar de manera armónica y sin rencores el compartir con el invasor los frutos de la Pachamama, de la madre tierra americana. Gestos, actitudes que sin lugar a ninguna duda y en términos antropológicos están muy por encima de ese "Ser" individualista europeo que trajo la conquista y que se intentó e intenta imponer a sangre y fuego; valores meritocráticos,  llenos de codicia y vacíos de contenido social.

Juan Evo no son nombres casuales para una familia de trabajadores apellidada “occidentalmente” Morales y que originalmente se nombraban Katari. Cuentan por ahí  -y como todo cuento en ocasiones lleno de fantasías o proyección de deseos- que el ideal de justicia social que alguna vez su familia había visto, o vivido (estuvieron por un tiempo y por necesidad laboral en Salta y Tucumán), o que le habían contado que se vivió en la Argentina Peronista, mientras ellos en sus tierras parían esperanzas, bastó para que aquellos padres -dicen- tomaran los nombres de seres que habían comenzado a admirar, para ponérselo a su hijo: Juan por Perón y Evo por Evita. Otros estudiosos dicen que su Evo proviene del originario Ibo ya que su nombre verdadero habría sido Ibo Katari Ayma. Los europeos y particularmente los españoles le ponían a todo nativo “Juan” (Juan Calchaque, Juan Chelemin).  Poco importan estos detalles a la luz de la magnitud de las gestas que los personajes de marras produjeron como necesarios fenómenos políticos contra la injusticia social. Nada es casual; Perón tuvo afortunadamente por madre a una “india” también.

Y las indias marcan sendas; y los destinos se cruzan, se entrelazan y permiten que otra india como Milagro Salas, en su querido Jujuy, demuestre con acciones concretas que humanamente puede ser mejor que cualquier persona “blanquita civilizada”, mejor administradora de bienes sociales que cualquier “blanquito racista y reaccionario”; porque los bienes terrenales, sean estos riquezas naturales, culturales siempre fueron bienes sociales. La  codicia capitalista que ingresó a este Edén de la mano de la conquista europea nunca supo valorar esos bienes como tales, y menos cuidarlos por y para el bien de la humanidad toda que también los incluía, incluye y los incluirá en un futuro no muy lejano en razón de la crisis terminal que, en términos ambientales, padece nuestro planeta.

Por eso en su gobierno Juan Evo estableció para todos los recursos naturales el derecho a su cuidado y preservación. Primer y único país en el planeta en establecer los derechos para la pachamama misma.

Las similitudes en las ignominias padecidas tanto por Milagro como por Juan Evo los unen en desdichas. Las  lamentables desgracias vividas los ennoblecieron y les marcó el destinos de grandeza que debían seguir como cabezas de heroicas luchas y actuales resistencias. Los escarnios que supieron aguantar son las muestras más horrendas de un miserable odio racista,  del accionar desalmado practicado por algunos “blanquitos” que ven cómo la supuesta “barbarie originaria” los desnuda en sus miserias humanas y mediocridad "occidental y cretina" como gobernantes y administradores. Salió a la luz una vez más, que los “indios” son mucho más humanos, más inteligentes y justos que los propios “civilizados”.

Salas difamada y encarcelada por un corrupto blanquito como Gerardo Morales. Juan Evo despojado de la presidencia de su país a través de un golpe de estado llevado adelante por una mediocre  Añez  que ni su nombre –Jeanine- le puede quitar su condición de mestiza resentida, como cabeza visible de la oligarquía más reaccionaria, corrupta y criminal de Bolivia, que en actitudes violentas masacró a nativos bolivianos y se solazó humillando a una Alcaldesa cuyo único delito fue portar condición de India.

Juan Evo durmiendo escondido en un improvisado albergue hecho con lonas después del golpe y a la espera de salvar su vida. Milagro Salas continua en “prisión domiciliaria” por sentencia no firme de un tribunal local y a la espera desde hace un año que la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expida al respecto.

Si uno compara con la gran vida que saqueadores y delincuentes "vip" argentinos encabezados por el ex Macri llevan actualmente y después de ser desalojados del poder, las conclusiones sobre el accionar de la "justicia occidental y cretina" dando impunidad a estos malechores, salta a la vista.

¡Sí! Esa misma CSJN que prontamente se encargó de resolver de manera salomónicas y “urgente” la situación de dos jueces que inconstitucionalmente “okupan” cargos en cámara federal de modo que otros “blanquitos poderosos” reciban el blindaje mediático-judicial para cuando las causas que se tramitan por las fechorías cometidas durante los últimos 4 años lleguen a esa instancia y desde allí embarrar la cancha garantizando impunidad a los “delincuentes blancos de guante blanco”.

El 8 de noviembre del 2020 el rostro moreno de la América de Sur volvió a sonreír; los pueblos originarios del Estado Plurinacional Boliviano volvieron a festejar por la dignidad recuperada y por  haber recobrado a su líder, Juan Evo Ayma Morales. Otra digna y ejemplar India, Milagro Salas, seguirá esperando otro milagro; el milagro que la “justicia blanca y civilizada” la saque de su injusta y caprichosa prisión y le  devuelva su merecida libertad y un trato humanamente digno.

Ser indio, o portador de piel morena, no es delito. ¿O sí?  

  Por Victor Leopoldo Martinez.

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