Puja distributiva (parte II)

“Éramos pocos y llegó el coronavirus”

domingo, 22 de marzo de 2020 00:19
domingo, 22 de marzo de 2020 00:19

Por CPN Germán Vittore

En la Columna pasada hacía mención al fracasado lockout patronal del mal llamado “Campo”, que se ponía en pie de guerra ante la impronta progresiva del actual gobierno que intenta disputarle ciertos privilegios y a cómo el anterior (de la 2da. Alianza Cambiemos) vía # devaluación, # quita de derechos de exportación, # baja de impuestos, # etc. benefició exponencialmente a ciertos sectores concentrados del sector perjudicando inconmensurablemente a vastas mayorías de argentinos de a pie (vía suba desenfrenada del precio interno de nuestros alimentos).

Si a esto le agregamos # la dolarización de los precios de los combustibles, # la quita de subsidios y # los “tarifazos”, ¿se comprende el por qué de la escalada inflacionaria que destruyó salarios? Si continuamos con # la suba de las tasas de interés y la desregulación del mercado de capitales (permitiendo la timba y la fuga), # la toma exorbitante de deuda externa, etc., etc., etc., ¿se comprende entonces por qué heredamos una cruenta crisis socioeconómica, con recesión, desocupación, con millones de compatriotas arrojados a la pobreza e indigencia y con un Estado desfalcado y quebrado?

¿Nos queda claro que con nuestro trabajo, esfuerzo y cada vez más diezmados ingresos hicieron ganar fortunas siderales (aparte del complejo agroexportador concentrado) a petroleras, empresas generadoras y distribuidoras de energía y gas, al sistema financiero nacional e internacional y a algunos pocos “familiares y amigos” más?  

Pero como si fuera poco la “pandemia regresiva cambiemita” heredada; parió la abuela y llegó la pandemia del Coronavirus. 
Hoy estamos en un virtual estado de sitio como intento desesperado de evitar la proliferación desmedida del Covid-19 que desborde nuestro sistema de salud pública.

Situación por demás riesgosa y altamente costosa no sólo para el sistema sanitario argentino sino para nuestra economía en general. De seguro, ante esta crítica situación, nunca el remedio será más caro que la enfermedad; pero el hecho de parar casi al país tendrá un costo incalculable.

Hoy el coronavirus lógicamente nos preocupa y acapara toda nuestra atención, pero para comprender la difícil situación actual (agravada por el virus), es indispensable conocer y nunca olvidar la “Herencia Pro”. 
 

El Estado presente como garante

¿Quién es el único que puede suturar las mortales estocadas cambiemitas neoliberales que desangran nuestro país y contener, proteger y resguardar la salud de toda su población ante la amenaza del coronavirus?
¡El “Estado”! (no el “Mercado”) 

Pero no cualquier Estado. Nunca lo podría lograr un Estado ausente, desregulador, que libera todo al mercado, que pregona sólo la meritocracia y que defiende los intereses de unos pocos poderosos. Es necesario un Estado presente, progresivo, que administre lo público con eficiencia y que regule nuestra economía en su justa medida; en definitiva, que gobierne en pos de todos (¿uno estigmatizado de “populista”? Sí, uno bien “populista”).

 Pensemos sólo por un momento si aún estuviéramos bajo el yugo de la 2da. Alianza (entre radicales, “lilitos” y el Pro) pagando deuda e inconmensurables intereses, sin Ministerio de Salud y cuanta debacle más se nos ocurra; y encima hoy, en medio de una pandemia. ¡Por Dios! ¿Qué sería de todos nosotros, no?

En contraposición, el actual gobierno ni bien asumió tomó medidas concretas para apoyar a los más necesitados, suspendió el pago de la deuda renegociándola y ante la llegada del Covid-19, está actuando de manera diligente y previsora para evitar su propagación descontrolada (sino observen lo que está pasando en Italia y demás países de Europa). Pero más allá de los fondos destinados a la cuestión sanitaria anunció una seria de medidas para inyectar dinero en la parada economía y en los que menos tienen, activar la obra pública y privada (gran demandante de mano de obra), preservar los puestos de trabajo y aprovechando la capacidad productiva ociosa; intentando mitigar las inexorables consecuencias económicas que sufriremos. 

 

Un “mundo populista” 

Ante la difícil situación casi todos los Estados del mundo están tomando un rol activo, incrementando sus gastos e inversiones públicas e inyectando dinero y cuidando sus economías locales; podríamos decir que el mundo de pronto se volvió “populista”, ante la amenaza del coronavirus.

Queda claro, ¿no? Cuando las “papas queman” y hay que beneficiar y proteger a las mayorías del mundo entero se evidencia realmente lo necesario e indispensable de contar con Estados presentes, progresivos y fuertes; y como caducan sin más, las recetas “neoliberales”.

El “Dios Mercado” sólo bendice y protege a algunos poderosos y privilegiados; mientras que, ante el desastre, sólo los “Estados inclusivos” son el garante del bienestar de las mayorías populares.

Me despido hasta la próxima; a respetar la cuarentena y a ser solidarios (compremos en nuestro negocio de barrio; nuestro comerciante vecino lo necesita, más que los grandes supermercados).
 

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