Opinión del CPN Germán Vittore

“Divina divisa”

domingo, 20 de septiembre de 2020 01:03
domingo, 20 de septiembre de 2020 01:03

Atesorado “dólar”

Esta semana el actual gobierno nacional tomó medidas respecto a la fuga de divisas para atesoramiento y se armó un revuelo mediático que ya no debería sorprender ni a propios ni a extraños. El bien deseado a atesorar es el “dólar estadounidense”. Ese que todos quieren; los ciudadanos de a pie para ahorrar, guardar, especular, etc. y los ricos y poderosos (de estos lares y de más allá) para fugar la riqueza (que generaron acá) hacia guaridas fiscales foráneas.


Este billete verde, que no emite nuestro Estado sino la potencia mundial del Norte, para la economía argentina es una “divisa”. ¿Qué es una divisa? Una moneda de aceptación internacional, un activo necesario para interactuar (comercial y financieramente) con el resto del mundo. ¿Quién determina su valor local? Nuestro BCRA a través del “Tipo de Cambio oficial”; quien además almacena el stock de las mismas (Reservas) y las vende (entrega) o compra (recibe) a cambio de pesos según la operación que realice. Ejemplo, el BCRA le vende divisas a un importador para que efectué sus pagos al exterior y le compra al exportador las divisas cobradas por sus ventas al exterior.


El stock de Reservas en divisas varía según como se administre nuestra “Balanza (externa) de Pagos”. De cómo un gobierno administre # el comercio (exportaciones e importaciones), # los servicios (turismo, fletes, seguros, etc.) y # la cuenta capital y financiera (préstamos, dividendos, inversiones, etc.) la misma puede arrojar superávit o déficit. 


Nos debe quedar bien en claro que el “TC oficial”, comprador o vendedor/mayorista o minorista que determina el BCRA (no el “dólar blue”, “dólar ahorro”, “Contado con Liqui” o “MEP”), es el que se aplica para todas las operaciones posibles con el exterior. Este es el que regula nuestra economía y el que si se dispara (se devalúa) genera indefectiblemente presión inflacionaria; ya que en términos generales nos alimentamos de lo que también exportamos e importamos materias primas e insumos para gran parte de lo que producimos, por ende si el “TC oficial” sube también lo hará la mayoría de los precios internos (importadores necesitarán y exportadores pretenderán, más pesos por cada dólar -comprado o vendido al BCRA-).


Las cotizaciones del “dólar black” (decorosamente llamado “Blue”) lo determina un ínfimo y marginal mercado negro donde se efectúan compras-ventas ilegales del billete verde físico; las del “dólar ahorro” surge de tomar el oficial y adicionarle el impuesto PAIS (30 %) y ahora el anticipo de ganancias (35 %) sólo para aquellos compatriotas que pretendan atesorar los u$s 200 de cupo mensual permitido o realizar gastos con tarjeta de crédito en moneda extranjera y las del “Contado con Liqui” y “MEP” surgen de operaciones financieras (para fugar) de compra-venta de títulos/bonos/acciones que cotizan en moneda extranjera (se compran en pesos y se venden/convierten en/a dólares); como podrán observar nada tienen que ver con las operaciones de nuestro País con el exterior y por ende no existe relación alguna en la determinación de los valores de las mismas. Sin embargo estas cotizaciones son las instaladas mediáticamente y utilizadas por la oposición política y los mismos poderosos de siempre para fomentar y provocar abruptas devaluaciones de nuestra moneda en su único beneficio (siempre económico y ahora además político). 


Si comprendemos que el tan demandado “dólar” es una “divisa” que cuesta mucho conseguirla de manera genuina (es decir por saldos positivos de balanza comercial y no fruto de toma de deuda externa por ejemplo -alternativa hoy agotada al extremo por Cambiemos-), que es indispensable disponerla para motorizar nuestra alicaída economía (demandante de materias primas, tecnologías, bienes intermedios e insumos importados que necesita) y que su valor impacta fuertemente en la determinación de los precios internos de bienes y servicios domésticos; nos preguntemos: 
- ¿habrá que cuidarla, administrarla y no rifarla al antojo de unos pocos?, 
- ¿su valor puede ser determinado por el libre mercado, sin control ni regulación alguna por parte de nuestro Estado, o presionado por cotizaciones ilegales o irrelevantes?, ¿qué les parece? 

¿De dónde venimos?

Si comprendemos y asimilamos que la anterior gestión PRO dejó un exiguo stock de Reservas; ya que promovió:
- el libertinaje cambiario (llegó, levantó el “Cepo”, permitió atesorar hasta u$s 5.000.000, perpetró el saqueo y antes de ser eyectado lo reinstaló -al actual cupo de u$s 200-), 


- la apertura indiscriminada de importaciones (haciendo deficitaria nuestra balanza comercial y diezmando nuestra industria nacional),


- la timba financiera foránea (el “Carry Trade” de buitres internacionales a tasas siderales),
- la fuga de la exorbitante deuda externa tomada (hasta con el F.M.I., dejando sólo la carga de tener que pagarla)
- y cuantas nefastas medidas más en sintonía.


Entenderemos entonces lo necesario, indispensable y lógico de las nuevas medidas adoptadas por el gobierno de “Les Fernández” para intentar contener el constante drenaje de las necesarias divisas que hoy se encuentran disponibles.

Hay bastante aún en el carretel 
Según el “Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas”, entre enero y julio del corriente, salieron u$s 9.065 millones por pago de deuda pública y privada y no ingresaron u$s 3.267 millones por exportaciones aún no liquidadas; es decir que por estos 2 conceptos se perdieron Reservas por u$s 12.332 millones mientras que la fuga por atesoramiento (“dólar ahorro”) fue de u$s 1.826 millones. 


Como se podrá observar hay bastante hilo en el carretel, a pesar de haberlo comenzado a cortar por lo más delgado, siendo necesario continuar profundizando y ampliando diligentemente propicias medidas en pos de resguardar nuestras apreciadas divisas; evitando no sólo una escalada en su valor (generando inflación y más recesión) sino que se fuguen y su escasez genere una restricción insoslayable para el indispensable repunte de nuestra economía (condenando su crecimiento y expansión). 
Debe primar el bienestar y la prosperidad de todos y no, el de unos pocos, el egoísmo y el sólo pensar en nosotros. Si esto se asume, se comprende fácilmente lo necesario de cuidar nuestra “divina divisa”. 

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