Opinión

2021

sábado, 2 de enero de 2021 01:24
sábado, 2 de enero de 2021 01:24

El 2020 se está yendo dejando el sabor amargo de los momentos más difíciles que nunca pensé, pensamos, vivir, pero también cargó de experiencias que son las que nos enriquecen y fortalecen en las dificultades, que son las que permitieron plantearse ante la realidad y definir roles, apropiarse de ellos reconociendo que el fenómeno no puede llevarse y ser obstáculo para nuevos desarrollos que el ingenio aplica para poder seguir elaborando pautas que fortalecen el espíritu que a cada uno alimenta desde lo que generó, con criterio y respeto por lo desconocido apareció esa luz que aclara cuando la oscuridad ennegrece un futuro de incertidumbres y temores que nos transmitieron los que pensaron que así se contenía esa necesidad de intercambio que la costumbre resalta de cada humano que se frustró, pero que también los tiempos fueron la mejor respuesta, en una conjunción casi empírica que no encontró nada mejor que aislarnos para cuidarnos, sin pensar que todo forma parte de un todo.


Los humanos tenemos que seguir aprendiendo, fue como la consigna que nos marcó nueve meses de esta año que no pudo tapar la luz del sol, que sale para todos, desnudó nuevas realidades que merecen ser tenidas en cuenta para no repetir los errores en este nuevo año que llega cargado de ilusiones de que para este país, los argentinos, tengamos la madurez, que aceleradamente nos impuso el 2020, de nuevas reflexiones y abrir el camino del diálogo y la honestidad, dejar de lado hipocresías que solo alimentan la desesperanza y la incredulidad.


El nuevo año deberá provocarnos, desafiarnos a los argentinos a encontrar los caminos de la honorabilidad y rescatar aquellos valores que nos harán crecer con nuevos bríos y tener así la mejor manera de enfrentar los obstáculos que hoy nos vienen complicando la existencia que hipocresías mediante no podrán cambiar la realidad y con ella nuevas realidades seguirán siendo la constante agobiante.


El buen año tiene que ser a partir de nuestras actitudes y extenderlas a todos aquellos que nos une, no solo en el afecto; solidaridad, tolerancia y respeto dentro de un marco de sinceridad y honestidad deben ser la constante que podemos aportar para un 2021 que podrá ser complicado, pero que no nos haga olvidar qué necesita de cada uno de nosotros ese necesario esfuerzo para que sea mejor.


Feliz 2021, tercera década del siglo XXI.

Alejo Jesús Arias
 

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