(*) Rodrigo Morabito

El 24 de octubre de este año, se cumplieron 15 años de la sanción de la ley  26.150 de Educación Sexual Integral (4/10/2006), la cual consagra el derecho de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas (pues habla de todos los educandos) a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada; sin embargo, aún hay discusiones (o excusas) acerca de su implementación en las instituciones educativas.

Ahora bien, los tiempos han cambiado lo suficiente desde el año 2006 hasta estos tiempos y, claro está, así como los tiempos cambian, el mundo evoluciona y también evoluciona la humanidad y con ellos los más jóvenes. 

Esta evolución de los más jóvenes lo es también en el plano de su sexualidad y, precisamente en este plano es donde existe un gran desconocimiento, ergo para mencionar tan solo algunos podría decirse que a nivel mundial solo un 34% de los jóvenes puede dar prueba de un conocimiento preciso sobre la prevención y la transmisión del VIH o que en algunas partes del mundo (incluido nuestro país y nuestra provincia) dos de cada tres niñas no tienen idea de lo que les estaba pasando cuando tuvieron su primera menstruación. 

Estas cuestiones tan básicas pero de suma importancia, muchas veces ni siquiera se hablan en la casa. Simplemente se pasan por alto, ya sea por vergüenza, por tabúes, por desconocimiento o por el motivo que fuera. Un GRAN problema por cierto. 
Hoy en día son demasiados los jóvenes que reciben información confusa y contradictoria sobre las relaciones y el sexo a medida que hacen la transición de la niñez a la edad adulta; una cuestión inconcebible para los tiempos que corren. La adolescencia demanda conocimiento en el ámbito de su sexualidad; un ámbito que en un abrir y cerrar de ojos comienzan a explorar huérfanos de información.   

Correctamente transmitida o enseñada, la Educación Sexual Integral, responde a esa demanda, empoderando a los jóvenes para que tomen decisiones fundamentadas en lo que respecta a las relaciones y la sexualidad, ayudándolos a desenvolverse en un mundo donde la violencia y las desigualdades basadas en el género, los embarazos precoces y no deseados, y el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) continúan planteando graves riesgos para su salud y bienestar. 
Del mismo modo, una Educación Sexual Integral deficiente o inexistente, expone a los niños y jóvenes a una situación de vulnerabilidad frente a las conductas sexuales negativas y a la explotación sexual.

Por otra parte, también expone a los niños, niñas y adolescentes a ser víctimas o victimarios de violencia sexual. 
En efecto, en algunos casos procesados y juzgados en el fuero de responsabilidad penal juvenil de nuestra provincia, se pueden mencionar como factores que originan conductas sexuales violentas el descontrol a través del alcohol y las drogas, la ausencia de responsabilidad adulta y la falta de conocimiento acerca de respetar los límites del consentimiento para llevar adelante o practicar una relación sexual, en otras palabras, muchos jóvenes no conocen los límites sobre el cuerpo de la otra persona o simplemente no están dispuestos a respetarlos debido a que en ocasiones tienen una información precaria o deficiente en el plano de la sexualidad. 

En conclusión, la Educación Sexual Integral desempeña un papel esencial en la salud y el bienestar de los niños y jóvenes, hoy en día no debieran existir dudas al respecto; ya que su implementación definitiva, proporcionará a los niños y jóvenes, progresivamente y en función de su edad, una educación basada en los derechos humanos, la igualdad de género, las relaciones, la reproducción, el comportamiento sexual de riesgo y la prevención de enfermedades desde una perspectiva positiva, poniendo de relieve valores tales como el respeto, la inclusión, la no discriminación, la igualdad, la empatía, la responsabilidad y la reciprocidad.

(*) Juez de Responsabilidad Penal Juvenil. Profesor adjunto de Derecho Penal II (UNCA). Vocal Titular de la Mesa Nacional de Asociación pensamiento Penal. Miembro de AJUNAF. Miembro de la Red de Jueces de UNICEF. Miembro del capítulo argentino de Magistradas y Magistrados por los derechos sociales y la doctrina franciscana.