Columna de opinión

“Hacia un planeta joven más saludable”

lunes, 13 de diciembre de 2021 00:59
lunes, 13 de diciembre de 2021 00:59

(*) Rodrigo Morabito
Hace unos días atrás, fui invitado a participar de los resultados obtenidos a través del programa “Planet Youth” que la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca está llevando adelante con la denominación “Motivados por la vida”; debiendo destacar por su importancia que es el primer municipio y la única provincia del país en implementarlo y aplicarlo.
Para no ser engorroso y no resulte demasiado complejo, “Planet Youth” (tal como lo explica el material que fue entregado) es un modelo internacional de prevención primaria basado en la evidencia que involucra a distintas áreas estatales y, en especial, a la comunidad, para reducir el consumo de sustancias en niños, niñas y adolescentes; un GRAN PROBLEMA por el que atraviesa la provincia, sobre todo, los más jóvenes.

Ahora bien, en nuestra provincia, el municipio capitalino llevó adelante entre los meses de marzo y abril del año 2020, una encuesta con adolescentes pertenecientes a las escuelas del ámbito de la Capital y los resultados de este diagnóstico fueron realmente llamativos.

En efecto, uno de los datos obtenidos fue que los y las jóvenes que se enojan o irritan a menudo y con mayor facilidad, es decir, aquellos y aquellas que no pueden manejar el enojo y la ira, consumen alcohol, tabaco o marihuana dos veces más que aquellos y aquellas adolescentes que se enojan e irritan casi nunca o rara vez. Esto es muy importante porque nos traslada a un lugar crucial de nuestra sociedad: LA FAMILIA. 

¿Por qué existen jóvenes que se enojan e irritan rápido y eso los lleva al consumo? ¿Por qué los y las más jóvenes se aburren demasiado rápido de todo? ¿En algunas ocasiones tienen o reciben demasiado?
Debo advertir que en entrevistas que he llevado adelante con jóvenes en conflicto con la ley penal, las respuestas a estos interrogantes fueron varias: “Estoy o estaba aburrido/a”, “por curiosidad”, “por no quedarme fuera del grupo o ser de menos”, “por los problemas que hay en mi casa”, etc., sin dudas, todas cuestiones que tienen su origen en LA FAMILIA y deberían tener una respuesta en ese mismo y primordial núcleo.

Otro dato preocupante es lo que esos jóvenes consumen. Adviértase que el 10,2% de esos adolescentes inhalaron pegamento o nafta alguna vez en su vida, el 8,5 marihuana y el 71% tomó alcohol. 
Evidentemente, el alcohol sigue siendo la puerta de ingreso al consumo de otras sustancias independientemente de su nocividad. El pegamento y la nafta son sustancias de fácil acceso y sus consecuencias a la salud mental y física de suma gravedad, ese dato debe preocuparnos y ocuparnos.    

En cuanto a los lugares a donde beben alcohol a veces o con frecuencia se encuentran el domicilio de otras personas con el 33,5%, al aire libre (por ejemplo, la calle, en el parque, etc.) el 18,9%, en su casa el 11%, en una fiesta el 3,2% y en un bar o boliche el 2,5%. 

Sin dudas, a partir de estos datos surgen dos cuestiones; la primera es que los padres y las madres deben saber qué hacen sus hijos en los lugares a donde asisten, como así también los responsables de ese domicilio y, la segunda, que es llamativo que los chicos y las chicas ingieren demasiado alcohol en su hogar, incluso, más que en una fiesta o boliche.
Existen otros datos relevantes en este primer diagnóstico realizado por “Motivados por la vida” a través del programa “Planet Youth”, como por ejemplo (y más allá de su gran importancia para la salud mental y física de los adolescentes) que el deporte no es determinante para evitar problemas de consumo, es decir, que lo mismo es posible consumir aun practicándolo. 
Por último, estimo que lo fundamental (luego de estos importantes datos que ha podido recabar la Municipalidad desde las áreas respectivas) es el acompañamiento y la contención familiar a través del diálogo permanente por parte de los padres y las madres, el control y los límites cuando se tornan necesarios es primordial y prioritario, pues, claro está que una de las causas por las que los jóvenes ingresan en el consumo es esa falta de contención, control y límites desde la casa; un problema que no puede solucionar el Estado, porque cuando ello ocurre, ya es demasiado tarde. 

En definitiva, contar con estas estadísticas no solo que es de suma utilidad para comenzar a minimizar el consumo en los niños, niñas y adolescentes, sino que, además, es realmente un punto de partida por demás interesante y sólido para saber a dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Todo lo demás, depende de nosotros.


(*) Juez de Responsabilidad Penal Juvenil. Profesor Adjunto de Derecho Penal II (UNCA). Vocal Titular de la Mesa Nacional de Asociación pensamiento Penal. Miembro de AJUNAF. Miembro de la Red de Jueces de UNICEF. Miembro del capítulo argentino de Magistradas y Magistrados por los derechos sociales y la doctrina franciscana. 
 

14%
Satisfacción
14%
Esperanza
0%
Bronca
14%
Tristeza
0%
Incertidumbre
57%
Indiferencia

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