Buenos días!! Son las 8.20 hs del día domingo 12 de setiembre y acabo de llegar a mi casa, luego de emitir el voto. Decidí inmediatamente recuperar los recuerdos, reflexiones, puntuaciones, que en algún momento de mi vida escribí en los distintos medios de Catamarca y muchas veces, por mi profesión de Psicoanalista, la mirada estaba puesta en lo estrictamente científico. 
De manera simple, me despojo de lo protocolar dando difusión a sensaciones y percepciones de alta emotividad este domingo diferente. 

Siempre me pasa que al salir del cuarto de votación siento que se me escapa una lágrima, pero para adentro, como el primer día de escuela y trato de evitar que los otros se den cuenta. 

Pertenezco a una generación que atravesó la época más trágica de nuestro país en la que no fue posible durante años VOTAR y, hasta el día de hoy, me duele recordarlo. Por eso le doy un valor tan grande a dicho acto, me sigo emocionando y, a la vez, enojándome con las cosas de este querido país. 

Cuando observo el nivel de agresividad, odio, discriminación, violencia manifiesta e invisible que se instala en todos los escenarios posibles, potenciados de manera perversa por algunos secto-res mediáticos que cada vez se visibilizan más o que instalaron desde Buenos Aires la expresión “la grieta” que todos repiten, repiten y repiten (algo quedará), tengo la impresión de que todo sigue igual. 

Qué bueno que no seamos iguales, que podamos pensar diferente pero que la consigna sea la misma: construir un gran país. Siempre habrá aquí y en todo el mundo diferencias pero no tiene nada que ver con grietas. El uso y abuso de esa expresión nos violenta cada vez. ¿Será posible empezar a expresarnos de otra manera? 

Hasta los programas deportivos están viciados por “periodistas” que gritan, no se escuchan, des-califican, quieren ser protagonistas centrales con expresiones histriónicas y pierden de vista que lo importante y que trasciende es el deporte mismo y sus ejecutores. 

Lo mismo ocurre con aquellos periodistas que en sus programas de política se mueven con el mismo criterio de violencia verbal y, en estos tiempos donde la comunicación está en un primer plano, indudablemente que el escenario de violencia está instalado. 

En todas las profesiones existen códigos de ética, allí parece que no. El mayor justificativo es “la libertad de expresión”. La libertad no es patrimonio de ningún sector en particular, es de TODOS … 

Han pasado varios minutos y, mate de por medio, sigo pensando en la gente, en nuestra querida gente que estará camino al cuarto oscuro, con las vicisitudes propias de la maldita pandemia y con las mismas expectativas y emociones a flor de piel, deseando como yo que siempre tenga-mos la posibilidad, porque es un derecho, de votar, cada uno lo que considere mejor pero siem-pre respetando al otro … 

Puede haber diferencias porque la vida nos atraviesa con obstáculos y logros, pero nunca descalificar o anular el pensamiento del otro. Ya vimos esa película en blanco y negro … que no se repita en colores … 

Manuel Edgardo Quiroga 
DNI 10.010.612