Columna de opinión por Rodrigo Morabito*

Los padres, las escuelas y el ejemplo transmitido

lunes, 14 de marzo de 2022 00:36
lunes, 14 de marzo de 2022 00:36

En estos días una noticia se hizo viral y se replicó en los distintos medios nacionales al informar que dos padres protagonizaron una escandalosa pelea a trompadas en la puerta del St. Luke’s College, en el barrio cerrado de Nordelta, frente a otros padres y niños porque uno de ellos se adelantó en la fila de automóviles.


Es común observar el descontrol de algunos padres al momento de dejar a retirar a sus hijos de los establecimientos escolares. Prácticamente el respeto y la tolerancia no existen. 


En nuestra provincia se ve a los niños, niñas y adolescentes al salir de los establecimientos escolares cruzar las calles de la ciudad por cualquier lugar fuera de la senda peatonal y lo que es peor aún, es que en ocasiones son los mismos adultos lo que no respetan esas normas básicas de seguridad y cuidado. 


Si los adultos se toman a golpes de puño fuera de las escuelas, si ante un mínimo conflicto se insultan y agravian de la peor manera, si hablan mal de los docentes, de otros padres y alumnos en los grupos de WhatsApp que forman, si cruzan por cualquier lugar al llegar o salir de la escuela; no esperemos a reaccionar cuando esos niños, niñas y adolescentes actúen de la mismas manera. Se educa con el ejemplo y debemos reconocer que no en todos los casos el ejemplo es el correcto, al menos, en estos casos que menciono. 


Hace muy poco, otra persona de público conocimiento como lo es la actriz Juana Repetto, también se quejó debido a que muchos padres se amontonan a la salida del colegio a donde lleva a su hijo y se cruzan en contramano, en vez de caminar una o dos cuadras con sus hijos para llegar a la escuela, lo que se torna caótico y peligroso. 


Algo similar (casi diría hasta una coincidencia) ocurre cada año en nuestra ciudad Capital en el horario pico escolar, automóviles en doble fila, padres con niños que salen de cualquier lugar para cruzar a sus hijos a la escuela y exponiéndolos a toda clase de peligros, conductores haciendo maniobras de toda índole para poder avanzar hacia sus lugares de trabajo y, por supuesto, la intolerancia que siempre está presente por parte de los adultos que, por cierto, creen que están en lo correcto o haciendo bien las cosas; todo en presencia de esos mismos niños, niñas y adolescentes a los que luego les piden respeto, educación y tolerancia. Un poco contradictorio ¿no? 


El art. 58 de la Constitución de la provincia en su apartado primero nos dice algo de suma importancia y trascendencia social: “la familia es base fundamental de la sociedad y responsable primaria de la crianza y educación de los hijos”.  


La pregunta es la siguiente: ¿estamos educando bien a nuestros hijos con este tipo de conductas? Evidentemente, NO; pues les estamos dando un mal ejemplo de no cumplimiento de las normas de seguridad y cuidado, de no respeto por el prójimo, de intolerancia y hasta de resolver los conflictos que se les presentaren por medio de la violencia y, ante ello, es muy importante recordar que la educación como persona y ciudadano es una función principal de la familia. 


Cada niño es el reflejo de su familia e historia de vida, si las bases de la educación familiar no son las correctas y adecuadas, no esperemos que los niños actúen de otra forma que no sea la falta de respeto, la intolerancia y la falta de empatía. Tan sencillo como esto.


(*) Juez de Responsabilidad Penal Juvenil. Profesor Adjunto de Derecho Penal II (UNCA). Vocal Titular de la Mesa Nacional de Asociación pensamiento Penal. Miembro de Ajunaf. Miembro de la Red de Jueces de Unicef. Miembro del capítulo argentino de Magistradas y Magistrados por los derechos sociales y la doctrina franciscana. 
 

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