8 M: una causa que todavía se debe “conmemorar”

martes, 7 de marzo de 2023 01:50
martes, 7 de marzo de 2023 01:50

Conmemorar es sinónimo de rememorar, y rememorar es hacer memoria. Si hay que hacer memoria sobre algo es porque todavía no lo tenemos incorporado como realidad. Si hay que conmemorar el día de la mujer, es porque todavía queda mucho por hacer.


El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres trabajadoras de una fábrica estadounidense se alzaron en reclamo por sus derechos. Pedían fueran los mismos que tenían sus compañeros varones.  Ese intento de ser escuchadas terminó en tragedia: el dueño de la fábrica cerró las puertas del establecimiento para disolver la protesta y un incendio terminó con la vida de las obreras.


En cuatro renglones se resume el motivo de conmemoración, que de celebración no tiene nada, del día internacional de la mujer. Pero podría ser cualquier otro día, razones sobran.


La aparente aceptación de que la mujer es tan merecedora de derechos como el hombre se debe a la voz de esas 129 mujeres muertas durante la huelga de la fábrica estadounidense, pero también a la inobediencia de las que no se resignaron a su incomodidad y a la audacia de las que tuvieron que demostrar su capacidad para que las consideren “aptas”.


Hasta no hace tanto, algo tan esencial como el acceso a la formación académica, el derecho a voto o la elección sobre la maternidad no eran opción para las mujeres. Un mantra supremo achacable a dogmas sin sustento la ponían indefectiblemente en un solo lugar y le atribuían una sola misión. Fuera de eso, la mujer no podía; no debía.


Que “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”, es mentira. Muchos hombres han sido enormes sin una mujer y muchas mujeres, sin la anuncia de un hombre, han sido grandísimas. Tener que evidenciarlo es lo preocupante. 


Aunque la ciencia ya demostró que el cerebro de la mujer es tan capaz como el del hombre, que la histeria no es una enfermedad femenina; aunque ya se sepa que el hogar no es una obligación sino una opción y que de débil nuestro sexo no tiene nada, seguimos conmemorando el día internacional de la mujer cada 8 de marzo. 


A pesar del “avance” del sentido común de la sociedad, todavía hay que hacerles acordar todos años lo obvio, lo esencial, lo indiscutible. 


Aunque las marchas se vistan de distintos colores y a pesar de que otros intereses se cuelen con el permiso de unos pocos, no debe diluirse el espíritu de esta causa. De la incapacidad jurídica de antaño a marcar la agenda política de hoy hay un enorme y evidente avance. Pero esto no quiere decir tampoco que un partido político, cualquiera sea, pueda apropiarse de una causa que es patrimonio de la sociedad argentina y del mundo. Si esto sucede, la causa común se parcializa y deja de ser común. 


Si vamos a conmemorar entonces lo hagamos bien. Lo hagamos todos los días, porque desde que el mundo es mundo, alguna mujer en algún lugar hizo ruido. 


Si vamos a hacer memoria, nos acordemos de las que todavía no pueden elegir cómo vestirse ni en qué creer; de las que no pueden salirse de religiones que no profesan; de las que se mueren por rebeldes; de las que no tienen voz. Se lo debemos, nos lo debemos.


Así, quizás alguna vez, lo evidente se normalice y dejemos de conmemorar lo indiscutible. 

María Eugenia Avellaneda
 

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