Por el Licenciado Guillermo E. Nazareno

En Finlandia, a mediados del año 2021, la Primera Ministra de ese país, María Sanna, que hoy cuenta con 37 años, la persona más joven del mundo en ocupar el cargo de jefe de gobierno, fue investigada por corrupción por desayunar con su familia en la  residencia oficial, lugar donde ella vive con su familia, utilizando fondos públicos para  pagarlo.

¿Cuánto le cuesta al estado de Finlandia ese desayuno? Algo más de 30 dólares por día, unos 1040 dólares al mes. La ministra manifestó que no sabía que el desayuno de su familia no lo debe pagar el Estado y que en lo sucesivo lo abonará. Finlandia es un país del primer mundo donde la absoluta transparencia y ejemplaridad es una norma. Comparemos este hecho con lo que ocurre en nuestra provincia. En nuestra provincia asesinan de manera mafiosa a un ministro del gobierno y secretario de un poderoso gremio y durante 4 meses nada ocurre. Los hijos del ministro, cansados de esperar, convocan a una conferencia de prensa para informar que a su padre lo asesinaron de manera brutal presentando pruebas de ello. A partir de allí, la investigación toma otro giro reactivándose, pero hasta la fecha nada avanza y es todo confuso y opaco, no hay nada claro.

En Finlandia, por una cuestión mínima es investigada por corrupción a la jefa de gobierno de ese país y en nuestra provincia asesinan a un funcionario del gobierno y es como si nada ocurriera para la sociedad. Esto muestra claramente las distancias en todos los sentidos, ya sean culturales, sociales, económicas, entre aquellos países y el nuestro, que de seguir así, serán cada vez mayores. La decadencia de nuestro país parece ir en busca del mínimo absoluto.

Nuestra sociedad está adormecida, no reacciona ante este crimen atroz. La frase, cuyo autor no conozco con certeza, ¿es Simone de Beauvoir?, “lo peor de la tragedia reside en que nos habituamos a ella” tiene hoy plena vigencia en nuestra realidad provincial. Por el bien de nuestros hijos y nietos, en definitiva, por nuestra provincia la sociedad de Catamarca debe peticionar el esclarecimiento de este crimen castigando con las mayores penas previstas en las leyes a los autores intelectuales y materiales de este condenable hecho.