Carta al director

Agresión injustificada

lunes, 13 de enero de 2025 02:46
lunes, 13 de enero de 2025 02:46

San Fernando del Valle de Catamarca

Enero de 2025
 
Al director de El Esquiú:
 
Tengo el agrado de dirigirme a usted a los efectos de plantear una situación que me tocó vivir durante mi desempeño como empleada -licenciada en Enfermería- del Hospital “San Juan Bautista”, la que derivó tiempo atrás en problemas físicos que tuve que soportar y, actualmente, tengo que soportar.

El problema se suscitó con la licenciada Iris Usqueda, con quien tuve un desagradable encuentro el pasado 4 de enero que denuncié a la licenciada María Rosa Caro y, posteriormente, lo hice en sede policial. Concretamente esta persona ingresó al servicio de terapia UTI II (ella misma lo reconoció), donde cumplo tareas, y me dijo “estoy a cargo para mala suerte tuya”.
Inmediatamente le pregunté “¿qué problema tienes conmigo?” y por toda respuesta comenzó a agredirme por un problema de salud que padezco. Me dijo “eres paciente siquiátrica, deberías estar internada en la clínica Fernández” y tras cartón me invita a pelear, agregando “te haré llorar como lo hice con tu madre (trabajó en el hospital hasta su jubilación)” y te haré correr del servicio. Incluso, agregó una amenaza que también está asentada en sede policial y, tarde o temprano, deberá dirimir la Justicia. Sin vueltas me señaló “te voy a dejar sin frenos tu auto”, alternativa que me provocó mucho miedo, aunque desconozco la mecánica para cometer ese hecho.

Estas circunstancias de agresión permanente no son nuevas. Se vienen repitiendo asiduamente. Por supuesto, dañan mi estado emocional y la atención que requiere un servicio asistencial como el que llevo adelante, lo cual viola mis derechos y la garantía de la Ley de Salud Mental número 26.657 en su artículo 7.

Al respecto debo acotar que mi situación de enfermedad nació por problemas similares que bien conocen las autoridades del hospital y que, por supuesto, dañan a la institución. Estuve bajo tratamiento médico, es cierto, pero pude superarlo. Mi médico, el doctor Luciano Rollan, certificó esa situación en estos términos: “Paciente que puede desempeñarse en su profesión de enfermera sin inconvenientes. Se le recomienda no trabajar en atención al público, lo que puede acentuar su ansiedad (agorafobia) por síntomas residuales. Añado, por mi parte, la definición de agorafobia: “miedo al lugar y las situaciones que pueden ocasionar pánico, impotencia o vergüenza”.

A pesar de este diagnóstico, por decisión de Iris Usqueda y la superioridad, por espacio de tres meses, al reincorporarme, tuve que atender público hasta que me trasladaron a terapia, donde no existe queja alguna sobre mi comportamiento profesional. Tampoco mi legajo de 18 años de servicios registra inconductas de naturaleza alguna.

Lo de mi agresora, cuyos antecedentes en el centro asistencial no la ayudan, se agrava por tratarse de una docente que se desempeña en la cátedra de salud mental de la Universidad de Catamarca. Si lo que relato es su comportamiento, Dios nos libre y guarde de las enseñanzas que pueda ofrecer.

Lamentablemente en el hospital -un verdadero orgullo para todos los catamarqueños- no existen protocolos para reprimir estas conductas, lo que fue el argumento que me dieron al denunciar la violenta agresión de la que fui objeto. De cualquier manera, agradezco profundamente a la doctora Nora Ahumada (junto a la jefa a cargo del departamento enfermería, que actuó con gran corrección), directora asistencial, quien el pasado miércoles organizó una reunión de conciliación en la que solamente habló la licenciada Usqueda. Yo no lo hice por razones obvias. Lo haré por otras vías, que oportunamente daré conocer. Por último, y por la criminal actitud adoptada por mi agresora, la hago responsable de cualquier daño físico que pudiere sufrir.
 

Cynthia Luciana Molas
DNI Nº 28.456.262
Licenciada en Enfermería

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