"Biólogos, teatro y humor”, es una obra de teatro donde dos científicos presentan un análisis riguroso acerca de una de las características menos estudiada del ser humano: la boludez.

Mediante diversos recursos como lecturas, sketchs y representaciones demuestran que este genoma se transmite inalterable de generación en generación, inmutable respecto a la tecnología y la cultura de todo estrato social.

En la obra Nardo Escanilla y Félix González, interpretan a dos científicos, aunque ellos mismos dicen no ser biólogos ni actores, para dramatizar situaciones en las cuales se da cuenta de la bobería humana.

El show comienza con la presentación de ellos mismos como si fuera otros y toman a la música como un agente sensitivo irresistible. El primer mensaje es: la música genera situaciones de empatía inevitables y para eso acuden a sketchs sobre las telenovelas y el factor funcional que tiene la música. Como la melodía y sus sonidos le dan consistencia a lo que se ve, ésta fue una de las performance más graciosa de la obra.

La función se separa en tres partes. Situaciones en las cuales los actores en carácter de sketchs y bajo un vocabulario científico, intentan dar cuenta de las pequeñas cotidianeidades sobre situaciones que nos afectan y que están muy bien logradas: “la boludez en las vacaciones”; “Adán y Eva” y la “fotosíntesis”.

Por su parte, en la representación sobre Adán y Eva, hay un vínculo más relacionado a lo absurdo, que quizá, sea el mejor logrado en esta obra de teatro que, dura alrededor de una hora y termina con una canción que uno de los biólogos le hace a su madre.

A pesar de algunos baches, la obra está siempre en relación con la gracia, un humor muy autóctono que genera cierta complicidad con el espectador.