Adiós a la Nobel más longeva de la historia: tenía 103 años

La italiana fue una de las descubridoras de una proteína que sirve para la supervivencia de las neuronas en el cerebro.
lunes, 31 de diciembre de 2012 00:00
lunes, 31 de diciembre de 2012 00:00

La “dama de las células”, la científica italiana Rita Levi-Montalcini, murió ayer a los 103 años. Había tenido un padre que esperaba que fuera esposa y madre, pero ella decidió ser investigadora y soltera. Por su condición de judía, había perdido su puesto académico en la Italia fascista, pero resistió al montar su laboratorio en su casa, y fue más tarde la codescubridora de una proteína que contribuye a la supervivencia de las neuronas del cerebro, un hallazgo que la llevó a ser la ganadora de un Nobel de Medicina más longeva de la historia . Por sobre todo no dejó de ayudar a los demás: alentó la participación de las mujeres en las ciencias y estuvo a cargo de una fundación para promover la educación femenina en África.

Coqueta, tenaz y apasionada, Levi-Montalcini había nacido el 22 de abril de 1909 en la ciudad de Turín. Su padre, Adamo Levi, era ingeniero eléctrico y matemático, y su madre, pintora. Tuvo tres hermanos; uno de ellos era su gemela, Paola, una actriz con quien creó su fundación en 1992. Aunque su padre consideraba que “una carrera profesional interferiría en sus responsabilidades de esposa y madre” , ella siguió su propio camino. Cuando le dijo a su padre que quería ser médica y ayudar a los que sufrían, él le respondió: “No lo apruebo pero no puedo impedírtelo”.

En 1930, la mujer se anotó en la carrera de medicina junto con su prima Eugenia Sacerdote de Lustig, que luego emigró a la Argentina y fue la primera en probar la vacuna contra la poliomielitis en nuestro país.

“Nuestro compañeros varones no nos trataban tan bien entonces” , contó Sacerdote de Lustig poco antes de su muerte, durante una entrevista con Clarín , que fue publicada el 5 de diciembre de 2010.

Hasta que en 1936 Levi-Montalcini se graduó con el mejor promedio y trabajó como asistente de Giuseppe Levi, un pionero en estudios del sistema nervioso (que no tenía relación de parentesco con ella). Poco después, el dictador Benito Mussolini impuso la prohibición de cargos para judíos y Levi-Montalcini tuvo que abandonar su puesto. Pero ella nunca abandonó su pasión.

Armó su propio laboratorio en su casa , y estudió el desarrollo de los embriones de pollos. En 1946, recibió la invitación para investigar en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos.

Se fue para trabajar seis meses y se quedó 30 años.

Allí, hizo su más importante descubrimiento junto con Stanley Cohen: aislaron la proteína “factor de crecimiento nervioso” y ayudó a entender mejor enfermedades como cáncer o Alzheimer . El Nobel de Medicina llegó en 1986 para ambos.

Ayer, Levi-Montalcini –que también era senadora vitalicia de su país– falleció en su casa en Roma. Antes de cumplir los 100 le había contado su secreto para vivir tantos años al diario El País de España: “La única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte , porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten”.

Fuente: Clarín

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