Margarita Palacios hoy cumpliría 102 años

La legendaria santamariana, en un homenaje de Daniel Martínez
viernes, 22 de febrero de 2013 00:00
viernes, 22 de febrero de 2013 00:00

El artista, director y productor catamarqueño Daniel Martínez, publicó en el Facebook un homenaje á Margarita Palacios en el 102 aniversario de su nacimiento.

Es de recordar que el 8 de julio 2012 Martínez junto a Jorge Paolantonio y un extraordinario elenco pusieron en escena "Margarita de los Valles" en el Teatro Catamarca. Sandra Warmi Sosa interpretó a Margarita emocionando a su hijo Kelo y a su nieta Margarita que asistieron al espectáculo, uno de los más importantes del año.

Aquí, la reseña hecha por Daniel Martínez:

Margarita Palacios había nacido el 22 de febrero de 1911, en Santa María, al noroeste de Catamarca.
Era su padre el célebre Tony Eudoro Mariano Palacios, conocido como Totó, y su madre Teresa Mazacaro, también artista circense.
En el circo de su famila sintió desde muy pequeña la atracción de la escena, en varias formas. Su primer entrenamiento fue como trapecista, y más tarde realizó el celebrado acto de resistencia capital: colgada de su espesa cabellera, ofrecía tranquilas pruebas ce habilidad, y llegaba a soportar hasta el peso de cuatro personas. Y como el circo criollo ofrecía en su segunda parte una representación teatral, fue desde chica una actriz de fuerte presencia.

El canto, quedaba por el momento fuera de! escenario. Trabajando en el circo, conoció a Toribio Segundo Palacios, salteño y tal vez el mejor acróbata de Sudamérica, con quien se casó, a los catorce años. Pasó apenas un lustro hasta que él murió, dejando a ella tres hijos, Eudoro Segundo, Margarita Dolores y Angel Toribio "Kelo" Palacios. Tenía 26 años, cuando algo la pulsó a abandonar el circo. Este estaba presentándose en Tucumán, y allí decidió ella quedarse. Realizó en esa ciudad diversos trabajos, hasta que en 1941, decidida a ser actriz, se presentó en un concurso de postulantes para un radioteatro de LV 12 Radio Independencia, que aprobó fácilmente.

El director de la obra Pablo O. Valle, que era también director de Radio El Mundo de Buenos Aires y había viajado para realizar ese montaje, necesitaba para uno de los papeles una actriz que supiera cantar, y la elección no fue entonces difícil. Apena escuchó a la joven Margarita, no sólo le dio el papel, sino que le ofreció contrato para la emisora porteña, y el aconsejó que se dedicara al canto. Ella aceptó de inmediato, y al poco tiempo viajaba hacia su destino.

Era el año 1942, y además de las estrellas del tango y el bolero, el folklore tenía sus máximos exponentes en La Tropilla de Huachi Pampa, Antonio Tormo, el dúo Vera Molina, Los Troperos de Pampa de Achala e Hilario Cuadros, entre otros. Y si bien la actuación era ya parte de la vida de aquella ex artista de circo y no se alejaría de ella, rápidamente encontró en el canto una vía de expresión óptima para su temperamento y su inclinación por la cultura autóctona. Así, mientras representaba su primer redioteatro en Buenos Aires, conoció a Félix Dardo Palorma, quien la convocó para integrar el dúo Dávila-Paz, prestigioso por ese entonces. Con esa formación actuó en Radio Mitre y después en Radio BeIgrano, interpretando composiciones de Palorma, Manuel Acosta Villafañe, quien además era su tío, Schianca y otros. Si bien Margarita cantaba desde siempre y si algo no le faltaba era presencia escénica; los tres años que Integró Dávila-Paz fueron una primera experiencia como cantante profesional, que aprovechó ampliamente.

Cuando dejó el grupo de Palorma, pasó brevemente por Los Arrieros Riojanos, que dirigía el compositor Eusebio Zarate, con quien también realizó algunas actuaciones radiales. Pero su definida personalidad estaba ya lista para encarar una carrera solista, y asi lo hizo. Ensayó empeñosamente con un grupo de tres guitarras y bombo al que llamó Los Coyas, y en julio de 1945 debutó en Radio El Mundo. El abajeño y Soy libre de amar fueron algunos de los primeros temas interpretados, los dos de Peralta-Davila, y obtuvo la mejor recepción. Por aquel entonces las actuaciones radiales tenían la relevancia y mucha mayor audiencia que hoy ostentan las presentaciones en vivo, y como tales era comentadas por el periodismo. Por ejemplo, la revista Sintonía incluyó en su edición de ese momento una fotografía de la debutante, muy joven y con atuendo estilizadamente campesino, con este comentario "¡Buena moza y buena cantante esta folklórica.
Margarita Palacios. Para certificar lo primero está la elocuencia de esta fotografía y para verificar lo segundo basta con sintonizar Radio El Mundo, emisora en la que ha hecho su primera aparición, con verdadero éxito. Las vidalas catamarqueñas y las vidalita riojanas tienen en su voz el espléndido vehículo para la emoción. Lo entienden así perfectamente las autoridades de LRI, que le han dado buenos horarios para su "mejor lucimiento". Después de esa exitosa temporada, fue contratada para una serie de actuaciones en Radio Aconcagua de Mendoza, y luego en otras emisoras del interior. De regreso a Radio el Mundo, sus nuevas presentaciones confirmaron su rápido ascenso, y ya se hablaba de ella como la revelación musical del año cuando firmó contrato para 1946. Ese año, ocupó cartel con la misma importancia que La Tropilla de Huachi Pampa y Atahualpa Yupanqui, además de los pianistas Alberto Rodríguez y Ariel Ramírez. También en 1946, incorporo a sus hijos al conjunto Los Coyas, por el que además pasarían Arsenio Aguirre, Ramón Ayala, José María Tolosa, Julio Arce, Norberto Pereyra y Roberto Martínez, entre otros. Lola bailaba y Kelo tocaba el bombo, mientras daba sus primeros pasos en la guitarra. Por ese entonces, madre e hijo compusieron Recuerdo de mis valle, uno de sus mayores éxitos. Margarita estrenó esta cueca en 1947, en la confitería Huaika, donde tenía contrato de exclusividad fuera de emisoras radiales. Ese mismo año compartió el elenco musical de Radio El Mundo con Ciriaco Ortiz y Enrique Carbez, en un programa con textos de Vladimiro Shabliko, autor de quien ella interpretaba el carnavalito Sanañahui (ojos negros). Una de sus primeras grabaciones, además de Triste Estoy, Recuerdo de mis valles o Viento de monte, fue una placa editada por Odeón donde interpretaba El Pukllay, acompañada por Los Troperos de Pampa de Achala.

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