Libro

1983: el año que definitivamente cambió la vida a los argentinos

El periodista Germán Ferrari desgrana en una investigación exhaustiva la transición de la dictadura a la democracia.
domingo, 31 de marzo de 2013 00:00
domingo, 31 de marzo de 2013 00:00

“Aunque parezca un lugar común - advierte y anticipa el autor - 1983 fue una bisagra para la historia argentina con un peso significativo: el fin de la peor dictadura que sufrió el país y el recomienzo de una vida democrática en la que nunca más se volvería atrás”.
A tres décadas del retorno a la democracia, 1983 (Planeta) deshoja las vicisitudes de un período vertebral para el país, a través de hechos y personajes políticos, expresiones artísticas (resurgimiento del cine y la literatura), situación de los exiliados, el papel del movimiento obrero, sectores conservadores de la iglesia y el rol de los medios de comunicación.
Ferrari hilvana con paciencia los hilos del metamorfósico año que vivió Argentina: el último período de la dictadura con Reynaldo Bignone al mando; la efervescencia de las campañas presidenciales; la esperanza por el nuevo sistema de gobierno; la elección del radical Raúl Alfonsín el 30 de octubre y su asunción el 10 de diciembre en una Plaza de Mayo febrilmente democrática.
Así, el periodista reconstruye los agitados días de gestión del presidente constitucional y el enjuiciamiento a las Juntas Militares, entre otros hechos reflexionados a partir de archivos, artículos periodísticos, documentos y más de 60 entrevistas a protagonistas de aquella Argentina con nuevos aires.
Ensayista, escritor y periodista, Ferrari colabora en las revistas Caras y Caretas, Todo es Historia y Un Caño. Da clases en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora -geografía en la que nació- y es autor de más de una docena de títulos como “La comunicación”, “Principio, fin y dilema de los medios masivo”, “Raúl González Tuñón periodista”.
El libro abre una vía de investigación en donde el pasado y el presente se fusionan como invitación a la reflexión.
El imaginario popular piensa 1983 e inmediatamente Raúl Alfonsín aparece como conector de ese proceso; el llamado “Padre de la Democracia” fue protagonista pero no el único, analiza Ferrari: “Esa reducción es un error que minimiza una situación más amplia con nombres propios pero también con seres anónimos de la sociedad”.
“A Alfonsín -aclara- no hay que quitarle protagonismo ni el valor de ser el primer presidente constitucional de la democracia con un discurso renovador. Pero así como fue protagonista también lo fueron las organizaciones de derechos humanos, Hebe de Bonafini, Adolfo Pérez Esquivel, Emilio Mignone, entre tanto otros, y el sindicalismo combativo”, detalla.
En esa transición la sociedad argentina vivía un clima de espera de que “se resolvieran una infinidad de cosas: el juicio a los militares, la desocupación, la inflación, temas de la coyuntura pero también del triste legado que nos dejaba la dictadura y eso convivía con la esperanza de poder seguir adelante, la idea de que la democracia podía resolverlas mágicamente”.
Y esa proyección de épocas, esa incidencia en la actualidad se puede ver, ejemplifica y resume, en “la democratización del Poder Judicial; las secuelas del terrorismo de Estado; el tema de Derechos Humanos, los juicios de lesa humanidad que se están realizando; la violencia en el fútbol y la movilización política de los jóvenes”.

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