Un extraordinario concierto con impronta lírica vivió el público que asistió el sábado por la noche al Cine Teatro Catamarca, cuya sala se completó dando un marco imponente a la velada que tuvo características de internacional por la trayectoria de sus protagonistas.
El espectáculo contó con maravillosas voces del tenor uruguayo Juan Carlos Valls y la de la soprano rosarina María Belén Rivarola, a os que se sumó el jóven catamarqueño Nicolás Romero, quién a pesar de su corta trayectoria se puso a la par de los artistas internacionales, con una actuación brillante.
El concierto colmó las expectativas que se habían generado luego de una importante promoción que se realizó duarnte el último mes. Demostración de ello fueron los prolongados aplausos y aclamaciones del público que despidió de pie a los protagonistas, entre los que también contaron la señera Orquesta Sinfónica de la Provincia de Tucumán, dirigida por el maestro Jeff Manookian, integrada por 72 músicos, y el Ensamble Coral Da Capo, dirigido por la profesora Cecilia Colla, y conformado por 30 voces catamarqueñas.
El concierto se conformó en dos partes, en a primera de las cuales se lucieron las voces de los tenores Valls y Romero, y la soprano Rivarola, con el imponente sonido orquestal de los tucumanos, quienes a su vez abrieron el espectáculo ("Marcha imperial") y cerraron el segmento con fragmentos de obras de autores clásicos. Mientras que los cantores interpretaron obras como "Recóndita armonía", "O mio Babbino caro" y "Non ti scordar di me", entre otras.
En la segunda parte, se incorporó el coro Da Capo en el acompañamiento de los cantores, además de una muy buena versión de "Hear my prayer". En este segmento, hubo impecables versiones de "Sempre libera", a cargo de Belén Rivarola, y "Nestum Dorma", por Valls. También se escuchó "Funiculi, funicula", a cargo de los tres cantantes, y "O sole mio", con Valls y Romero brillando. El hasta siempre fue con "Brindis de traviata", y con la aclamación del público.
El espectáculo, cuya producción general fue de Simón Saragusti, contó con el auspicio de la Secretaría de Cultura provincial y el patrocinio de personas y empresas del medio que en buena hora apostaron al gran momento artístco que se vivió.