Diego Armando Maradona llegó ayer en el vuelo EK 247, de las 19. 50, junto a su flamante novia Rocío Oliva. La idea era salir por pista pero como no estaba la autorización para que su novia también lo haga intentaron salir como pasajeros comunes. Fue ahí donde hubo el primer encontronazo con la prensa. Pese a todo, lograron salir. En viaje, la primera parada fue cerca del peaje: Diego se bajó del auto y empezó a tirarles piedras a los fotógrafos y alguna que otra patada al grito de "comprate una vida".

Tenía pensado ir directamente a la casa de los padres de Rocío, pero decidió cambiar el destino. Estuvo aproximadamente 80 minutos en la casa de Verónica Ojeda, su ex, para conocer a Diego Fernando, su pequeño hijo. Rocío, su novia actual, siguió viaje en el automóvil junto al chofer en busca de una estación de servicio en la entrada del barrio para esperar a Diego. Cuando él llamó, Rocío y el conductor del auto se acercaron a la puerta de la casa de Ezeiza y de allí se fueron al hogar de los padres de la nueva rubia del ex futbolista, en donde cenó.

Ya de muy mal humor, Diego dio por terminado el día y se fue rumbo a la casa de su hija Giannina, en Nordelta, donde el jueves realizará su festejo de cumpleaños.

Por otro lado, Diego tiene prevista una nota con Susana Giménez, a la que accedió por una importante suma de dinero. Es más, están negociando que su hijo Diego Fernando sea presentado en la misma entrevista..

Fuente: lanacion.com