Como se esperaba y fiel a su costumbre, su arribo estuvo teñido de escándalos varios. El Diez tuvo una verdadera noche de furia...

Envuelto en polémica, dejó el martes por la noche el aeropuerto de Ezeiza tras haber regresado al país, proveniente de Emiratos Arabes Unidos. ¿Los motivos del viaje? Son varios: asistir al cumpleaños de su hija Giannina, ocuparse de la venta de su casa de Villa Devoto, donde actualmente vive su padre, y conocer a su hijo Diego Fernando, producto de su vínculo con su ex pareja Verónica Ojeda. Además, y los rumores suenan fuertes, asistiría al primer programa de Susana Giménez (ver recuadro).

La noche del martes empezó agitada para Maradona, quien llegó al aeropuerto de Ezeiza acompañado por su actual novia, Rocío Oliva (22), y se encontró con varios hinchas de Boca, que se preparaban para viajar a Brasil para ver el partido del equipo de Carlos Bianchi con el Corinthians, en San Pablo. Al reconocerlo, un grupo le cantó: “Diego querido, La 12 está contigo”. Luego, escoltado por una fuerte custodia policial, Maradona se subió en un vehículo sin responder a las preguntas de los numerosos periodistas que lo aguardaban. “Tengo voz, ¿pero sabés con quién hablo? Con mis amigos. ¡Con ortibas no hablo!”, dijo, al tiempo que lanzó insultos cuando los periodistas le preguntaron por su encuentro con Diego Fernando, el hijo de tres meses al que anoche conoció personalmente. “¡Caminá y meté codazos!”, le pidió Maradona a sus custodios. En el trayecto del aeropuerto a la quinta en donde vive Verónica Ojeda arrojó piedras a los fotógrafos que lo seguían y luego pateó al menos a un reportero. “Ya sacaron fotos. ¿El laburo lo hicieron? ¡No me sigan más!”, se lo ve decir a Diego en los videos del momento.

La noche de furia del Diez continuó con discusiones con otros medios luego de bajarse del auto. “Lo que tenga que resolver lo resolveré con mi familia”, dijo. Gritó, insultó y se enojó. Y mostró la peor cara del ídolo.

Fuente: La Razón