Pasó por esta provincia, a la que se siente ligado a través de su madre

Víctor Heredia: “Cuando hablo de Catamarca, se me llena el espíritu”

El querido artista habló con El Esquiú.com sobre diversos temas relacionados a sus sentimientos.
viernes, 24 de mayo de 2013 00:00
viernes, 24 de mayo de 2013 00:00

“Dije muy sinceramente que envidié siempre el hecho de no haber nacido en Catamarca, porque se me había achicado el horizonte en la Capital Federal. Cuando hablo de Catamarca se me llena el espíritu, porque todos mis recuerdos infantiles tienen que ver con esta provincia, porque mi mamá me lo contó todo, sus correrías de chica y juveniles”.
Así definió Víctor Heredia su relación con esta provincia, a la que hace más de 30 años la homenajeó con su tema “Ay Catamarca”, y en la que en su última estrofa plasmó su deseo de “catamarqueño debiera ser”.
El reconocido cantante nacido en Monserrat, provincia de Buenos Aires, habló con El Esquiú.com sobre sus raíces catamarqueñas y su trayectoria, en la visita que realizó a esta provincia, invitado por la Vicegobernación para inaugurar la sala de grabación que se instaló en el anexo del Senado provincial.
Con la sencillez que lo caracterizó a lo largo de su extensa carrera que comenzó en 1967, cuando fue Revelación en el Festival de Cosquín, Heredia destacó el recibimiento y cariño que le expresan los catamarqueños cuando llega a esta tierra y declaró que ello “sencillamente, me rinde homenaje a la crianza, a mi madre, al recuerdo imborrable de mi abuela Sebastiana Agüero, porque creo que lo que llevo de sensibilidad se lo debo a ellas, sin ninguna duda”.
Con la experiencia y la visión clara que le dieron sus más de 40 años de trayectoria, Víctor Heredia evaluó positivamente la inauguración de la sala de grabación por las buenas posibilidades que se abrirán para artistas locales. “A mí me parece extraordinario, porque este gesto de darle la posibilidad a los músicos catamarqueños, y vale la pena remarcar que nunca antes habían tenido esta posibilidad; tenían que recurrir a sus bolsillos, a un esfuerzo que era costosísimo”.
“Todo aquel gesto que es una puerta hacia la cultura, hacia la vida, hacia la música, hacia la poesía y, sobre todo, hacia la representatividad, porque los músicos que van a grabar aquí son absolutamente representativos de esta provincia, me parece extraordinario”, subrayó.
Víctor Heredia es un artista querido y respetado por su coherencia a lo largo de su carrera y su compromiso con las causas sociales que tengan que ver con los derechos humanos, justicia, paz y libertad, temas recurrentes en sus composiciones, además del amor. Sobre el reconocimiento de la gente hacia su figura, el cantautor, entre risas, expresó que “si es el hecho de haberme instalado como el más querido, me encanta, me parece que hice las cosas bien”. Luego reflexionó que “a veces los chicos no entienden, y cuando me preguntan cómo se hace para tener éxito, fama, yo les digo que no es eso, que ellos tienen que defender su vocación y esto tiene que ver con la autenticidad”.
“Por mi parte, el hecho de haber instalado algunas canciones que tienen que ver con la conciencia colectiva, eso sí me enorgullece porque tiene que ver con el quehacer cotidiano, con la actitud que cualquier ciudadano tiene que tomar en la vida frente a las circunstancias que lo rodean. Y ‘Sobreviviendo’, ‘Informe de la situación’, ‘Todavía cantamos’, ‘Aquellos soldaditos de plomo’, tienen que ver con esas expectativas, con esos sueños y también con ese sufrimiento y con esa lucha, así que me siento absolutamente orgulloso”, confesó “El Negro” Heredia, tal como lo nombran sus íntimos.
En la opinión del entrevistador, de su larga lista discográfica, “Puertas abiertas, puertas cerradas” y “Taki Ongoy”, son obras cumbres en su producción. Consultado sobre ello, el autor de “Alelí” coincidió y se refirió al primero a partir de uno de los temas que incluyó: “Informe de la situación”. “Cuando salió, en el ’82, fue una revelación de todo lo que sentíamos los argentinos que sabíamos, que teníamos conciencia de lo que estaba pasando. Yo la escribí en el ’78, porque ahí me di cuenta de lo que estaba pasando, después del secuestro de mi hermana y de mi cuñado, de la muerte de mi padre, de la búsqueda que iniciamos en mi familia, infructuosa también porque nunca lo encontramos, son parte de los 30 mil desaparecidos. Así que necesitaba escribir esa canción”.
El tema, arriesgado por la época y por las denuncias que, aunque metafóricas, apuntaban claramente al horror que vivían los argentinos durante la última dictadura militar (“…duele a mi persona tener que expresar que aquí no ha quedado casi nada en pie”, dice en un tramo) contaba con un pedido de Heredia de que se editara durante el gobierno militar, algo a lo que el sello (Phillips) accedió recién en 1982.
Por su parte, con respecto a su gran obra “Taki Ongoy”, el músico expresó que “creo que con él abrí una puerta al debate que creo que era muy importante para los argentinos, para que tuviéramos la capacidad de análisis necesario sobre nuestra verdadera identidad, ya que nos habían dicho que habíamos bajado de los barcos”.
A ese trabajo, Víctor lo realizó luego de abocarse un año a investigar y recorrer lugares, para plasmar la historia de la conquista, pero fuera de la historia oficial.

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