Tiene solo 26 años y una trayectoria que abruma. Nació en 1987, debutó en 1998 con el grupo Antara en el escenario del Poncho y este año cumplió 10 años presentando su propuesta como solista en el escenario mayor del folklore catamarqueño.
Juan Ignacio Molina fue distinguido por el jurado del festival como Consagración, en el rubro musical, del Poncho 2013. “La verdad que es una sorpresa tremenda, no me la esperaba sinceramente. Uno trabaja día a día en lo artístico y en lo personal para seguir creciendo y se encuentra en el camino con estos premios, estos reconocimientos que te llenan el alma”, dijo la noche del lunes, con la emoción a flor de piel tras bajarse del escenario Jorge “Negro” Herrera desde el que volvió a recibir la ovación del público, la misma con la que lo premiaron durante su presentación del sábado 20.
La propuesta que le valió esta distinción y el aplauso del público del festival se llamó “Solo”, fue netamente instrumental e incluyó dos homenajes realizados a partir de composiciones propias: uno al pueblo de Laguna Blanca, al que el músico visita con frecuencia y donde dicta talleres de música; y su otra composición se la dedicó al montañista Ricardo Córdoba, desaparecido en la cordillera fiambalense en enero pasado, con quien dijo haber compartido muchos momentos.
“Este año la presentación tuvo que ver con algunos homenajes muy especiales para mí. Uno fue un homenaje muy especial que hice a Ricardo Córdoba, montañista con el cual compartí muchísimo y que desapareció en enero. Estando muy lejos yo me enteré de esto y empecé a componer un tema para él. Y el otro homenaje fue a través de un tema que hice para Laguna Blanca, ese pueblo que está en la puna catamarqueña al que quiero tanto. Fue muy emotivo para mí haber podido mostrar eso el sábado y tener esta sorpresa de salir Consagración, un premio que tiene mucho peso”, manifestó el músico.
Juan Ignacio comenzó de muy chico el camino de la música, primero de la mano del profesor Mario Toro, quien lo inició en su relación con los instrumentos de vientos a los que aprendió a arrancarles mágicos sonidos. También reconoció en su formación el aporte de los profesores Simón Jalil y Marcelo Maldonado, desde la Casa de la Cultura de San Antonio, en FME, su lugar de origen; el de Ricardo Bujaldón y el Pedro Farías,músico chileno que tiene asistencia perfecta hace décadas en la Fiesta del Poncho.
A esa formación, le siguió la académica, que realizó en la Universidad de Mendoza, donde entre 2006 y 20012 realizó dos carreras, la licenciatura en flauta y la licenciatura en música popular. “Estudiar en la Universidad fue muy bueno, mi cabeza vio y escuchó muchas cosas nuevas que me terminaron de abrir el campo, de mostrarme el abanico de posibilidades de lo que se puede hacer con la música. Fue muy importante, si bien uno sufre la ausencia, la añoranza de estar afuera de su provincia, pero por otro lado se enriquece y puede lograr otras cosas importantes”.
Dentro de esos logros, el joven músico pudo realizar un intercambio en Brasil y luego una gira por varios países de Europa junto a otro músico con el que grabó su primer disco. Ahora, comentó, su objetivo en el corto plazo es poder grabar un disco con su proyecto como solista, algo que quiere concretar en esta segunda mitad del 2013.
“Todo el tiempo estoy aprendiendo, para mí es un crecimiento constante y si bien cerré un ciclo muy lindo que había comenzado en el año 2006 cuando me fui a vivir a Mendoza, donde estuve realizando dos carreras, una licenciatura en flauta más orientada a la música académica y otra licenciatura en música popular, la verdad que volver a Catamarca a tocar en este festival y llevarme la Consagración para mí es impagable, una cosa muy linda y la voy a llevar en el alma como uno de mis mejores recuerdos”, concluyó el artista.

Su vínculo con Los Hilos del Viento

Juan Ignacio Molina vivió una doble emoción la noche de entrega de las distinciones del festival. No solo se llevó el premio Consagración en lo musical, sino que sintió una alegría enorme de que el premio Revelación del Poncho 2013 fuera para “Los Hilos del Viento”, músicos con los que compartió muchas experiencias.
Es que, según contó, los últimos años cada vez que venía de vacaciones a Catamarca, durante el verano, viajaba una semana a Laguna Blanca a dictar talleres de música. Y así fue como conoció y compartió sus saberes con los músicos que terminaron integrando el conjunto puneño que resultó Revelación del Poncho 2013.
La emoción, los abrazos y las felicitaciones mutuas ya en el detrás de escena certificaron ese vínculo que forjaron en plena puna catamarqueña.