Una de las nuevas voces del folclore catamarqueño

Ale Avellaneda: “La música es arte para compartir”

El cantante reparte su actividad entre Córdoba, donde estudia, y Catamarca.
martes, 27 de agosto de 2013 00:00
martes, 27 de agosto de 2013 00:00

Tuvo aparición triunfal hacia fines de 2012, cuando presentó su espectáculo -a sala llena- en el “Urbano Girardi”. Acompañado por la notable poetiza María Elena Barrionuevo, fue la voz nueva dentro del universo del folclore y, realmente, aquella noche se ganó la aceptación de la gente.
Algunas actuaciones en el interior de la provincia y en la reciente Fiesta Nacional del Poncho confirmaron sus dotes artísticas, que las comparte con los estudios universitarios que lleva adelante en Córdoba, provincia en la que también estudió su padre, el actual juez Jorge Avellaneda.
Emparentado con una familia de eximios folcloristas -los paceños Carlos y Luis Bazán, hermanos de su madre-, Ale ya recorre a paso firme por los difíciles caminos del arte y algo de sus vivencias nos explica en la presente nota.

-¿Qué significó en tu carrera el debut en la Fiesta Nacional del Poncho?
-Fue un paso importante, en el sentido del contacto directo con el público catamarqueño, porque, si bien ya había experimentado la calidez y el cariño de la gente en mi primera presentación en esta mi provincia, en noviembre de 2012, en el ‘Urbano Girardi’, en esta ocasión fue gente impulsada a ver el espectáculo por diversos motivos, y pude percibir su aceptación y apoyo, como que se extendió mi actuación mucho más de lo previsto. Además, creo que cualquier catamarqueño se debe sentir orgulloso, en cualquiera de sus escenarios, de participar en el festival más grande de la provincia.

-¿Cómo repartes tu tiempo entre el estudio y tu carrera artística?
-Es algo complicado hacer dos cosas totalmente distintas a la vez, porque mi carrera universitaria demanda mucho tiempo, tiene fechas establecidas para todo (razón por la cual muchas veces debo renunciar a alguna actuación cerca de los exámenes), pero siempre trato de encontrar mis espacios para ponerme en contacto con la música, ya sea desde el papel de oyente, consumidor o de intérprete.

-¿Qué seas sobrino carnal de figuras consagradas como tus tíos Carlos y Luis Bazán, influye en tu ánimo?
-Venir de una familia de grandes folcloristas, como lo son ellos, o tener un vínculo tan cercano con personas reconocidas a nivel poético, como es el caso de mi madrina, María Elena Barrionuevo, es un orgullo enorme que he sentido desde niño. Cada reunión con ellos es un nuevo aprendizaje. Ahora, ello conlleva también una gran responsabilidad y compromiso para mi: el que me propuse asumir al momento de decidir pisar un escenario. Y también significa un desafío, al que me dispuse a enfrentar desde el comienzo, el cual es lograr que la gente me identifique y valore por mí mismo. Por supuesto, esto lo vengo logrando más afuera de la provincia, por ahora, ya que mi disco está sonando en algunas radios de la ciudad de Córdoba, en la zona de Mina Clavero y localidades cercanas a ella, donde no conocen de esas vinculaciones. El tiempo dirá.

-¿Una reflexión final dirigida los catamarqueños?
-Más que una reflexión, me gustaría compartir un deseo: el de un folclore catamarqueño en unión y hermandad, ya sea entre sus gestores, intérpretes, figuras reconocidas, como entre todos aquellos que participan de alguna manera en el arte y en hacer crecer el acervo cultural, como lo he percibido en otras provincias, donde está presente la solidaridad y el sentido de pertenencia. Coincido plenamente con el pensamiento que dice ‘La música no es un deporte para competir, sino un arte para compartir’. Estoy seguro que si avanzamos bajo esas pautas y en esa dirección, apoyando entre todos a los que más se destaquen por sus condiciones o por su perseverancia, vamos a lograr la identidad que reclamamos.
 

Comentarios

Otras Noticias