Está ubicada en diagonal al Congreso, en Buenos Aires

Comenzarán a recuperar la histórica confitería El Molino

En la tarea intervendrán expertos de dos universidades.
lunes, 22 de octubre de 2018 00:00
lunes, 22 de octubre de 2018 00:00

La anhelada restauración de la Confitería del Molino, situada en la esquina de Callao y Rivadavia frente al Congreso Nacional, dio un paso significativo con la convocatoria a las universidades de Buenos Aires y de las Artes que se encargarán de las obras de puesta a punto y la conservación de su estilo “Art Nouveau” original.
La convocatoria realizada por la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino, que preside el diputado Daniel Filmus, a esas dos casas de altos estudios para que aporten sus profesionales y alumnado “le da un definitivo impulso a la tan anhelada restauración”, destacaron fuentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Alberto Barbieri, rector de la UBA, suscribió un convenio mediante el cual profesionales de distintas facultades, como la de Ingeniería, Arquitectura, Diseño y Urbanismo y Ciencias Económicas, entre otras, se abocarán a la tarea de confección de nuevos planos y obras para restaurar el edificio que data de 1905.
“La UBA siempre está comprometida con todo lo que hace a la cultura de nuestro país y es un honor que nuestros docentes y alumnos pongan todos sus saberes y su expertise en este proyecto”, indicó Barbieri tras la firma del convenio. 
Filmus afirmó que “es un orgullo avanzar en esta dirección y que los profesores puedan ser parte, y es muy grato ver el resultado de lo que vamos haciendo en equipo”.
Cesar Albornoz, secretario de Hacienda de la UBA, dijo a Télam que “ya a fines de la semana que viene nos estaremos reuniendo con la Comisión para determinar las prioridades para ejecutar la obra. Con esto podemos decir que la restauración se pone definitivamente en marcha”.
Además, señaló que “el proyecto va a respetar el estilo original que tuvo desde siempre la confitería” y añadió que la mayor parte de las obras “se empezarán a ejecutar el año próximo” aunque declinó hablar de plazos. 
Hasta el momento, se realizaron reparaciones en partes del edificio de casi 7000 metros cuadrados que posee planta baja, cinco pisos, azotea y tres subsuelos, y que abrirá sus puertas el próximo 10 de noviembre en el marco de La Noche de los Museos para que puedan recorrerse alguno de sus salones interiores.
La Confitería del Molino no solo es famosa por su diseño arquitectónico “Art Nouveau” característico de la Belle Époque de principios del siglo pasado, sino también porque era punto de reunión de diputados y políticos durante todo el siglo 20.
Fue creada por Cayetano Brenna, un prestigioso pastelero italiano especializado en la elaboración de pan dulce, quien encargó al arquitecto Francisco Gianotti la obra en la esquina de Callao y Rivadavia para unificar dos locales propios. 
Brenna lo inauguró en 1917 en el mismo solar y con el nombre de Nueva Confitería del Molino, frente al -en ese momento flamante- edificio del Congreso Nacional. 
El predio fue incendiado durante el golpe de Estado de 1930 y luego reconstruido, pero en 1938 fallece Brenna y el negocio queda en manos de Renato Varesse hasta 1950, cuando se hace cargo Antonio Armentano hasta 1978.
Armentano es quien le vende el fondo de comercio y la marca a un grupo de personas que más tarde presentaría la quiebra, tras lo cual los nietos de Cayetano Brenna compran la confitería y con algunas modificaciones (incluyen un salón bar y un mostrador para comidas rápidas, siempre respetando la arquitectura del edificio) logran mantenerlo.
En la década de 1990 comienza a decaer el negocio, pero en 1992 es declarado Área de Protección Histórica (APH) de la Ciudad de Buenos Aires, aunque esa designación no pudo detener la debacle.
El 24 de enero de 1997 cerró sus puertas y luego se sucedieron sin éxito diversas iniciativas para poder ponerlo en funcionamiento, mientras la estructura original presentaba un deterioro cada vez más avanzado. 
La restauración del edificio se realiza en el marco de la ley aprobada por el Congreso en 2014 que estableció su expropiación y traspaso al Poder Legislativo y del convenio de colaboración entre la cámara baja, el Gobierno de la Ciudad y el ministerio de Interior de la Nación, suscripto en agosto pasado para avanzar con las obras.
 

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