Finalizada la edición número 48 de la fiesta Nacional del Poncho, solamente quedan algunos moscardones con sus zumbidos lastimeros dejando caer las últimas gotas de resentimiento. Nos referimos, obviamente, a los que se colgaron de la queja de algunas figuras reconocidas en el ambiente artístico local que no estuvieron en la programación oficial. Los que apenas son  meros referentes del amateurismo lugareño. A los que aprovecharon el descontento ajeno y lo hicieron propio solamente para acrecentar el nivel de confrontación. A ellos nos dirigimos puntualmente cuando hablamos de moscardones con el zumbido molesto. La charla semanal del café tuvo, como pocas veces, el intercambio caliente y multicolor de voces y posturas. Rescatamos algunas para compartirlas hoy. Por ejemplo, la polémica desatada por si hubo – o no- récord de visitas al predio ferial durante, algo que de arranque nos pareció insólito. Como cuando escuchamos, después de cada procesión en honor de la Virgen del Valle la eterna discusión de que si hubo más o menos gente que la procesión anterior. El denominador común indica con absoluta claridad, en ambos casos, que son convocatorias capaces de atraer a corrientes multitudinarias de gentes llegadas de todo el país. Y ya no tiene sentido la estéril discusión. Ahora, si la idea es solamente confrontar, pues allá vamos en procura de practicar nuestro deporte favorito.

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  Otro tema a tener en cuenta: se considera a la Fiesta Nacional del Poncho como “la más importante de las vacaciones de invierno en todo el país”. Un slogan que apareció de la noche a la mañana, como cuando a alguien se le ocurrió “Catamarca, residencia de la simpatía” (¿por qué desaparecieron la imagen y la leyenda?). Nos preguntamos: si tenemos la fiesta más importante de la Argentina en invierno, ¿por qué no aparece una línea en los medios gráficos más fuertes del país y ni siquiera tenemos diez minutos en la televisión, a diferencia de otros festivales del país que tienen horas y horas de difusión? Uno de ellos se despachó de manera categórica: “para terminar con el error conceptual que tienen algunos, en el sentido de creer que lo más importante del Poncho es el escenario mayor, creo que en vez de pagar tan caro a figuras consagradas, convocantes y no tan convocantes, se debería pagar a los medios de comunicación de proyección nacional para que vengan una semana durante la fiesta y difundan lo mejor de Catamarca: la artesanía y tantas otras virtudes que nos enorgullecen. Que Catamarca sea la gran noticia. Y que el escenario mayor sea solamente ocupado por valores locales. Hay que invitar a radios, diarios y televisión. Sería una buena inversión. Habría que probar una vez”, dijo, pagó el café y se fue. El intercambio de opiniones siguió, sin moscardones alrededor. Y dejó mucho para comentar. Para todos los gustos. 

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  Fue una de las protagonistas del mejor espectáculo que, a nuestro modesto entender, se  vio en la última edición y uno de los mejores ofrecimientos de las últimas ediciones de la Fiesta Nacional del Poncho. Nos referimos a Nadia Larcher, la notable artista andalgalense, que el próximo domingo, en un imperdible y exclusivo recital para este diario, es la elegida para el reportaje Cara a cara. Frases como “mi búsqueda tiene el objetivo de que lo que importe sea la obra y no la persona”, “que puedan nombrarme a partir de lo que estoy haciendo y no solamente de lo que estoy siendo” o “me interesó mucho del ´Pato´ (Luis Víctor Gentilini) esa idea de hacer música sin estar ligado a la esclavitud de lo comercial”, la definen a nuestra comprovinciana como una cantora plantada en la vida más allá del escenario. El viernes 13 de julio, noche inaugural del Poncho 2018, primero ofreció su show con sus músicos, en homenaje al catamarqueño músico y compositor radicado en Tucumán, Luis “Pato” Gentilini, de quien habla con profunda admiración en la nota del próximo domingo. Minutos más tarde de la jornada inaugural, cantó “La catamarqueña” como solista, “Vaya pa´que sepa” a dúo con Hilda Lizarazu” y “Adiós Catamarca, adiós” y “Paisaje de Catamarca” junto a Silvia Pacheco, Itati Álvarez, Hilda Lizarazu, Julia Zenko y Marcela Morelo, con la dirección musical del maestro Lito Vitale, en el espectáculo denominado “Mil distintos tonos de verde”. En el mano a mano de pasado mañana, Nadia cuenta los entretelones de esa magnífica manifestación artística y otros aspectos que adornan su personalidad. Si en un escenario la síntesis es escucharla, verla y aplaudirla, en una entrevista periodística ocurre lo mismo.

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  Las instalaciones del club Obreros de San Isidro serán escenario hoy por la noche desde las 22 de la Gran Peña Solidaria a total beneficio de José Pochetino López. “Ke Panchopoche”, como se le conoce cariñosamente a López en Valle Viejo y en el municipio chacarero, debe permanecer en Córdoba durante un par de meses para su control luego de haber sido sometido a dos intervenciones quirúrgicas y necesita ayuda económica para solventar los gastos. El desfile artístico contará con la presencia de Ballet Huayrazul, Los Hermanos, Los Winkas, Rodrigo Varela, Carlos Varela, Los de Pirquitas, Kaly Barrionuevo, La Troya, Hugo Nanni, Dúo Esencia, Juan Roldán, Mingo Aguirre, Marcelo y Raúl. El valor de la entrada ha sido fijado en 50 pesos. El popular bandoneonista Kaly Barrionuevo, dijo sobre este encuentro: “es importante que digamos presente en este tipo de convocatorias, porque se trata de un comprovinciano que necesita una mano. Seremos muchos los músicos que estaremos presentes para ayudar al amigo”. Kaly se presentará con  el grupo que lo acompañó en las últimas actuaciones: Carlos Trejo (voz y guitarra), Daniel Rivero (bajo), “Bulín” Díaz (guitarra base), Pablo Díaz (violín), Enzo Barrionuevo (percusión) y Diego Figueroa (guitarra). Hasta el viernes.