Alfombras de Catamarca: una fábrica provincial que cumple 65 años

jueves, 3 de enero de 2019 14:40
jueves, 3 de enero de 2019 14:40

Reconocido medio porteño destaca el trabajo que realizan las mujeres de la Fábrica de Alfombras de nuestra provincia, y destaca que los ponchos catamarqueños, a diferencia de los salteños, suelen ser decorados con bordados de flores y otros motivos, y el uso del color caracteriza la producción local.

Rosario Rodríguez, directora de la fábrica, explica, que es única por el tipo de telares en el que se trabaja, y se enorgullece de estar al frente de ella desde hace tres meses. En el taller, ubicado en el Predio Ferial, a 4 km del centro, una veintena de tejedoras se reparten entre varios telares y producen desde diseños precolombinos hasta alfombras persas o motivos especiales que les solicitan los clientes.

Hace unos años comenzaron a hacer retratos tejidos. El nuevo producto surgió a partir del pedido de un grupo de amigos de Luis Barrionuevo que querían hacerle un regalo especial al sindicalista catamarqueño: un tapiz con el rostro de su mamá. El dibujante de la fábrica pacientemente convirtió la foto en una cuadrícula guía y las tejedoras la llevaron al telar. Este particular encargue motivó a otros clientes a solicitar tapices con las imágenes de sus seres queridos, mascotas incluidas.

Pedidos especiales 

Mabel Córdoba, responsable de producción cuenta sobre otro pedido especial que tuvieron hace muchos años: una alfombra persa para Amalia Lacroze de Fortabat. El trabajo demandó la labor de ocho tejedoras durante cuatro años para producir una alfombra de 50 m² y 160.000 nudos por metro.

Nudos y pesos

La fábrica fue en sus comienzos un emprendimiento privado, de una familia inmigrante. Con seguridad habían venido del Medio Oriente, pero esos datos de los orígenes escapan hasta a los memoriosos. Abrió en la década de 1950 en Andalgalá y a los pocos años pasó a ser del estado y se instaló en San Fernando. Hoy emplea a 60 personas en las tareas generales y, específicamente, en el urdido, ovillado, tejido y terminación de los productos. Las alfombras tienen una base de hilo de algodón y se tejen con lana de oveja.

En algunos casos, el trabajo se hace incluso a cuatro manos. La lana se compra industrializada, ya teñida y preparada para usar. El costo de las alfombras se mide por cantidad de nudos por metro cuadrado que tiene. Esa es la unidad de medida que define los días de trabajo de una tejedora.

Un metro cuadrado de alfombra puede significar el trabajo de seis horas diarias de una tejedora durante tres meses. La alfombra de menor densidad que produce la fábrica tiene 40.000 nudos por metro cuadrado y cuesta poco más de $13.000 el metro, cualquiera sea el diseño. De ahí va subiendo. El siguiente escalón son 52.800 nudos ($15.000 por m2), 90.000 nudos ($19.000 por m2) y, las más costosas, de 160.000 nudos por metro cuadrado, en las que el metro llega a costar $24.570. Sólo hay recargo para encargos especiales que exigen mucho trabajo adicional, como los mencionados retratos.

En cuanto al espesor, es inversamente proporcional a la cantidad de nudos de un tejido. La alfombra de menor densidad de nudos tiene 16 mm de alto mientras que en la de 160.000 nudos, apenas 4 milímetros.

Escudo papal

En esta fábrica artesanal no sólo se producen piezas de gran tamaño. También hay tapices de 20x20 cm y 90.000 nudos por metro cuadrado, que cuestan poco más de $1.100 o pequeños recuerdos para la pared, de 10 cm de alto, por $400. Ivana Vallejo, administrativa de la fábrica, también recuerda el tapiz que tejieron tres tejedoras contra reloj, con el escudo papal, para la ceremonia de entronización del papa Francisco.

 

Fuente: La Nación

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